LA FACETA MENOS CONOCIDA DEL HUMORISTA CATALÁN

Buenafuente exhibe dibujos con insomnio

El 'showman' lanza un libro con las ilustraciones que hace por las noches

Andreu Buenafuente, el pasado miércoles, antes de la entrevista con este diario.

Andreu Buenafuente, el pasado miércoles, antes de la entrevista con este diario.

MIREYA ROCA / BARCELONA

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Andreu Buenafuente (Reus, 1965) no entiende nada, y así lo hace ver en su nuevo libro gráfico, una colección de 150 ilustraciones con las que el humorista muestra su particular visión de la vida, del mundo que nos rodea. «Creo que no hace falta entender nada para saber lo que esto significa -sostiene mostrando uno de los bocetos-. Como cómico he hecho mi  versión de las cosas. Es como una parodia con personajes que tienen hasta dos y tres lecturas. Todos los dibujos tienen múltiples interpretaciones».

No entiendo nada ha sido editado por Reservoir Books y cuenta con un prólogo de Mikel Urmeneta, fundador y director artístico de Kukuxumuxu y gran amigo del showman. «Es un hombre que hace reír a la gente, que conduce un programa, que asume responsabilidades, que no levanta jamás la voz, que se come los problemas en silencio… En algún lugar guarda sus fantasmas», apunta el navarro en esas primeras páginas.

El presentador de En el aire (La Sexta) confiesa ser «un dibujante compulsivo» y añade que «lo de hacer monigotes» supone para él «un acto de libertad absoluta» porque se desnuda enseñando sus fobias, sus sentimientos, sus preocupaciones, sus esperanzas... «Mi parte plástica es muy privada, pero el personaje también está ahí porque todos estamos llenos de mil rincones», explica, pero a renglón seguido subraya que «esta mezcla entre lo personal y lo público no ha sido una estrategia». «Como lector sigo a autores que tienen mucha verdad, que no tienen filtros, y como todo lo que te gusta te acaba influyendo, imagino que algo tiene que ver», argumenta.

El libro es el resultado de «no dormir y dibujar», según el propio Buenafuente. «Garabatear en noches de insomnio es una terapia,  una forma de estar más tranquilo», revela. «Es algo que no buscas pero pasa. Cuando todo el mundo duerme, el cuerpo me pide no parar de dibujar», añade. Una actividad que él define como un «placer íntimo» y que practica desde hace 25 años con cierto éxito ya que ha publicado hasta en The New York Times.

Entre las 128 páginas ilustradas, destaca un autorretrato del autor con unas gafas remarcadas. También se pasean por No entiendo nada el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, con la frase «Me lo inventé todo», y una larga lista de gente cercana del cómico: su mujer, Sílvia Abril, que aparece muy pequeñita y a lo lejos; Corbacho, ataviado con su inseparable bombín; Berto, con su ya icónico bigote, y El Gran Wyoming, con cuernos endemoniados y una granada a punto de explotar».

DEDICADO A SU HIJA JOANA / En este libro, que Buenafuente ha dedicado a su hija Joana, de dos años y medio (fruto de su relación con Abril), no faltan los trazos de humor y las grandes dosis de crítica gamberra hacia sus recuerdos familiares (sus padres), la situación política, la corrupción, la monarquía, la popularidad… Las noches le han cundido y, como afirma en la contraportada, «ha valido la pena dormir poco; no deja de ser una pérdida de tiempo».