LA ENÉSIMA PROVOCACIÓN DEL CANADIENSE

Bieber, como una moto

El cantante se ríe de Orlando Bloom en Instagram tras pelearse con él en un local de Eivissa

Michelle Rodriguez, disfrutando en el yate de Justin Bieber, ayer.

Michelle Rodriguez, disfrutando en el yate de Justin Bieber, ayer.

FERRAN IMEDIO
BARCELONA

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Justin Bieber le gusta ser el chico malo del show business. Por si había alguna duda sobre su comportamiento polémico, trufado de encontronazos con la policía, los guardias de tráfico, los vecinos y todo aquel que se le ponga por delante, ayer demostró que lo suyo es liarla. Y si puede hacerlo dos veces, por qué conformarse con una. El cantante se había peleado en un restaurante de Eivissa con Orlando Bloom en un altercado en el que se cruzaron provocaciones soeces, insultos y, también, algún puñetazo (los testigos hablan del que lanzó el actor), y que acabó con el intérprete de Never say never abandonando el establecimiento antes de hora.

La había liado una vez porque respondió a la negativa de Bloom de saludarle refiriéndose con palabras feas a su ex, la supermodelo Miranda Kerr, a la que cortejó tras un desfile de Victoria's Secret en el 2012. Pero la volvió a liar ayer cuando parecía que las aguas se habían calmado. De nuevo la provocación, el ataque. Colgó en su cuenta de Instagram una imagen de Bloom en la que parece que esté llorando. Una manera de vengarse del pirata del Caribe ante sus más de 18 millones de seguidores que tiene en esta red social. Curiosamente, muchos le afearon que subiera la instantánea. Otros, la mayoría, le apoyaron. Los fans son eso, defensores de su ídolo haga lo que haga. Y parece no importarles que se comporte cada dos por tres como un tipo rebelde, osado y maleducado.

Y sí, él es atrevido, pero no tanto como parece. Del mismo modo que dejó colgada la foto de Bloom, no tuvo el valor de mantener la de Kerr, que exhibió minutos después de la bronca. La borró, quizás aconsejado por alguien más prudente que él.

Hasta ayer a última hora, no hubo respuesta por parte de la estrella de Hollywood. Tampoco de su representante. Ni el de Bieber. Así que el único que parece tener ganas de fiesta es el cantante, cuyo entorno recuerda que Bloom estuvo de fiesta con su chica, Selena Gomez, en abril pasado. Como si fuera una provocación coincidir en un sarao. Un auténtico lío en el que solo hay celos y más celos.

Ajeno a su última gracia, el joven se estuvo divirtiendo de lo lindo con sus amigos en Eivissa a lomos de una moto de agua.

CON MICHELLE RODRIGUEZ / Recibió además la visita de Michelle Rodriguez, que antes de rodar en Los Ángeles escenas de la séptima entrega de Fast & Furious, apareció a principios de julio en Cerdeña disfrutando de unas románticas jornadas de navegación con Zac Efron. El mundo de las celebridades parece minúsculo y endogámico, ya que la actriz de Perdidos había sido expareja de la modelo Cara Delevingne, que ahora está pasando unos días en Saint Tropez con la exchica Disney Selena Gómez, exnovia de Bieber.  Todos se conocen, así que no es difícil que a veces la convivencia entre estrellas acabe a puñetazos.