MUERE UN ICONO DEL DISEÑO

Adiós al impecable Óscar de la Renta

El cáncer se lleva al caballero de la moda de la alfombra roja a los 82 años

Óscar de la Renta, durante una visita que hizo a Barcelona en mayo del 2009.

Óscar de la Renta, durante una visita que hizo a Barcelona en mayo del 2009.

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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En vez de en negro de luto, mejor pensar en coloridas flores para despedir a Óscar de la Renta. Ya puestos, nada mejor que imaginar algo «exquisito», «bello», «impecable» y «magnífico» para rendir homenaje a un diseñador cuya personalidad, estilo y creaciones se ganaban a menudo esos calificativos, que ayer volvían a prodigarse tras confirmarse su muerte, el lunes en su casa de Kent (Connecticut), a los 82 años.

El  creador nacido en la República Dominicana, formado primero en Madrid con Cristóbal Balenciaga y luego en París en Lanvin con Antonio del Castillo, y a partir de 1965 convertido en estrella por mérito propio en Estados Unidos, falleció tras varios años batallando contra el cáncer. Moría, según un comunicado de la familia, «exactamente como vivió, con enorme elegancia, gran dignidad y en sus propios términos». Y su adiós deja algo huérfanas a celebridades, mujeres que son el poder o circulan en él, representantes de la alta sociedad y el mundo de la moda, que pierde a uno de sus grandes.

Su íntima amiga personal Hillary Clinton Laura Bush, dos de las primeras damas de EEUU que confiaron en De la Renta para momentos claves en la Casa Blanca y más allá (como el diseño del traje de novia de Jenna Bush), dieron muestras públicas de condolencia por la muerte de un diseñador que también vistió a Jacqueline Kennedy, fue favorito de Nancy Reagan y logró que se pusiera uno de sus vestidos Michelle Obama, a la que había cuestionado por ir con una chaqueta de punto a Buckingham Palace y por ponerse una creación del británico Alexander McQueen para una cena de Estado en vez de promocionar lo patrio.

ARGUMENTO DE 'SEXO EN NUEVA YORK' / Le lloró también el mundo del cine porque, pese a que en el 2005 él hubiera dicho que «lidiar con actrices es más difícil que con nadie más» porque «tienden a ser inseguras y caprichosas», sus vestidos eran de los más buscados por estrellas como Penélope Cruz Amy Adams. Y fueron sus creaciones para la alfombra roja, donde pocos como él esculpen la figura femenina sin abandonar la fantasía de un mundo de cinturas de avispa y voluminosas faldas, las que contribuyeron a convertirlo en un icono. No todo el mundo es citado en canciones de Nicki Minaj Kanye West, o se convierte en argumento de un episodio de Sexo en Nueva York, cuya protagonista, Sarah Jessica Parker, fue una de sus musas.

El hombre que una vez se definió como «el único diseñador del tercer mundo» y fue responsable una década de la alta costura de Balmain, entendió la diferencia entre lo inalcanzable, la pasarela y la calle, una visión que combinó con talento empresarial para diversificar y asentar su negocio, para el que incluso consideró el fichaje de John Galliano, convencido de que «todo el mundo merece una segunda oportunidad».

Presidente del Instituto Reina Sofía de Nueva York, De la Renta deja una viuda, Anne; un hijo, Moisés, que adoptó tras la muerte de su primera esposa, y tres hijastros.