George Michael vuelve al juzgado

El cannabis le ha vuelto a jugar una mala pasada a George Michael. Después de ir a la Fiesta del Orgullo Gay el 4 de julio, estrelló su coche contra una tienda en el norte de Londres. Un accidente que acabó con el cantante en comisaría. Ayer fue citado de nuevo allí, donde se le informó de que está acusado de delitos de posesión de cannabis y de conducir embriagado o bajo los efectos de las drogas. Quedó en libertad bajo fianza y comparecerá ante una corte de magistrados el día 24.

El currículo reciente del cantante tiene más que ver con los líos con la policía y las drogas que con la música (en septiembre reeditará Faith, pero hace seis años que no publica nada nuevo). En el 2008, se le incautó cannabis y crack en un lavabo público, lugar donde un policía de paisano le detuvo por escándalo sexual en 1998. Fue condenado en el 2007 a trabajos comunitarios por conducir fumado (en la foto, a la salida del juzgado) y en el 2006 fue arrestado por quedarse dormido al volante en estado de embriaguez. No parece escarmentado. En diciembre aseguró en The Guardian que fumaba 25 porros al día y que redujo el consumo a «7 u 8» para no dañar su voz.