Una colección de arte de museo

El legado artístico de los Alba es uno de los más grandes del mundo con 'goyas', 'tizianos', 'grecos' y 'rembrandts'

En el 2009, junto a 'La duquesa de blanco', de Goya.

En el 2009, junto a 'La duquesa de blanco', de Goya.

NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA

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Doscientos cuarenta y nueve óleos con firmas que quitan el hipo: Tiziano, Rubens, Goya, El Greco, Rembrandt... 177 acuarelas. 137 miniaturas. 54 dibujos. 52 tapices. 31 cerámicas. Un archivo histórico valorado en 41 millones de euros que conserva joyas como 21 manuscritos de Colón y el testamento de Fernando el Católico, amén de las capitulaciones matrimoniales de Juana la Loca y Felipe el Hermoso. Y una biblioteca de 18.000 volúmenes entre los que figura la primera edición del Quijote y la Biblia de la Casa de Alba. Ahí es nada.

Es la colección de arte de la Casa de Alba, uno de los fondos privados más importantes del mundo. Y que lo podría haber sido mucho más si los bombardeos de la guerra civil no hubieran acabado con la colección de grabados y con muchos de los legajos entonces conservados. Y si María Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, la 13ª duquesa de Alba y musa de Goya, no hubiera muerto sin descendencia y su legado no se hubiera fraccionado. Muchas de las grandes obras que atesoraba la familia -La Venus del espejo, de Velázquez; La escuela del amor, de Correggio; y La Virgen de la Casa de Alba, de Rafael Sanzio, entre ellas- acabaron en manos de Godoy y hoy cuelgan en importantes museos extranjeros.

Aun así, pese a los avatares de la historia y de la familia, los Alba siguen conservando una colección digna de museo que hace dos años llenó el palacio de Cibeles de Madrid en la exposición más amplia que se ha hecho nunca de sus fondos: El legado Casa de Alba. Mecenazgo al servicio del arte. Una muestra con 150 piezas que incluía los autógrafos de Colón, obras de Tiziano, Murillo, Ingres, Renoir, Rubens, Ribera, Zurbarán y Zuluoga, y el célebre óleo La duquesa de blanco, de Goya, además de La virgen de la granada, de Fra Angelico, la única obra del maestro renacentista italiano en manos privadas y que nunca antes había salido del palacio de Liria.

EL ORIGEN DE LOS FONDOS

La pieza la adquirió en Florencia Carlos Miguel, 14º duque de Alba, cuya labor de mecenazgo ayudó a incrementar una colección que empezó Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, tercer duque de Alba y hombre de confianza de Carlos V y Felipe II, y que creció con lo acumulado por el marqués del Carpio y que Jacobo, el padre de Cayetana, y la hasta ahora duquesa completaron con piezas de impresionistas franceses y autores españoles de la talla de Picasso, Miró y Sorolla.