'Salvados' hace un contundente recorrido por los caminos de la corrupción

Jordi Évole, en un momento de la entrevista con Pablo Crespo.

Jordi Évole, en un momento de la entrevista con Pablo Crespo. / periodico

JAUME MARTÍNEZ / Barcelona

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El segundo programa de la temporada de 'Salvados' ha dedicado su tiempo a destapar los mecanismos de la corrupción en estamentos tales como la administración municipal y los partidos políticos. Para ello, Jordi Évole ha entrevistado a diversas personas que han vivido y sufrido de uno u otro modo el contacto con este tipo de actividades.

A pesar de ser el último de los entrevistados por Évole, el testimonio del exsecretario de organización del PP de GaliciaPablo Crespo, fue de los más contundentes. Crespó afirmó abiertamente que el PP recibía donativos que no se declaraban y se mostró convencido de que la 'trama Gürtel' había sido orquestada desde el PSOE, en concreto por Antonio Camacho, secretario de Estado de Seguridad con los socialistas. Crespo mantuvo que aproximadamente el 65% de la financiación del PP tenía un origen irregular cuando él era secretario de organización del partido conservador en Galicia --cargo que dejó en 1999--, y que entonces repartía sobresueldos. También afirmó que se hacía cargo de las donaciones de los empresarios al partido, aunque permanecía al margen en el tema de las adjudicaciones.

Ante unas declaraciones de destacados miembros del PP sobre el extesorero Luis Bárcenas, en las que se calificaba a este de presunto delincuente, Crespo manifestó que algunos de los que aparecían en las imágenes deberían callarse, y que en el PP, desde los años 80, todo el mundo asumía que los sobresueldos eran una práctica normal en el funcionamiento del partido. Sin embargo, no recordaba haberle pagado a Mariano Rajoy un viaje a Canarias tras las elecciones generales del 2004. Crespo, que ha pasado tres años encarcelado, se mostró convencido de que "nos van a dar la del pulpo" (en referencia a los imputados por la 'trama Gürtel') por tráfico de influencias y delito fiscal, y terminó con un lacónico "fosfatina".

"Demasiadas películas"

En el extremo opuesto del arco político, Carmen Lobo, exconcejal del Ayuntamiento de Camas (Sevilla) por Izquierda Unida (IU), explicó un intento de soborno del que fue objeto para que votara a favor de la recalificación de unos terrenos que estaban destinados a albergar equipamientos públicos para la localidad. Lobo contó como le ofrecieron 6 millones de euros y varios pisos a cambio de su voto. La entonces concejala acudió a la policía a denunciar el caso y se encontró con que la respuesta fue que veía "demasiadas películas". Ni corta no perezosa, la edil grabó por su cuenta la conversación que mantuvo con un concejal, y que sirvió para procesar y condenar a un empresario y a varios ediles implicados en el caso.

El catedrático de Ciencia Política Manuel Villoria sostuvo que la práctica habitual de algunas empresas de hacer donativos a partidos políticos se realiza a cambio de algo, y citó el caso de la adjudicación de la estación del AVE de Delicias, en  Zaragoza. Villoria denunció, sin embargo, que las investigaciones se centran demasiado en los políticos y no en los "corruptores". El catedrático citó cifras de la UE según las cuales el 1% del producto interior bruto (PIB) europeo se pierde en corrupción, lo que en el caso español supondría unos 10.000 millones de euros.

Un interventor del Ayuntamiento de Castro Urdiales (Cantabria), Fernando Urruticoechea, cuyos informes han sido tomados en consideración por el Tribunal de Cuentas, denunció el desprecio que le han manifestado numerosos alcaldes, que le consideran un enemigo. Curiosamente, en la localidad cántabra, que llegó a ser llamada la 'Marbella del norte' por su fiebre constructora, tres alcaldes (de tres partidos políticos distintos) han sido procesados por prevaricación15 funcionarios del consistorio condenados y 158 imputados.