BROCHE FINAL DE LA SEMANA DE LA MODA

Blahnik luce sus 'manolos' en el 080

"No me interesan las pasarelas porque son monótonas, la fama es algo estúpido que no entiendo", declara el diseñador de zapatos en un encuentro multitudinario en Barcelona

Blahnik luce sus 'manolos' en la 080

Blahnik luce sus 'manolos' en la 080 / periodico

MIREYA ROCA / BARCELONA

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El artífice de los icónicos 'manolos', con cuatro décadas de profesión a sus espaldas y numerosos premios a sus pies, Manolo Blahnik (Santa Cruz de la Palma, 1942), ha puesto este viernes el broche final como invitado de honor a la pasarela 080 Barcelona Fashion. El diseñador canario ha atendido a los medios en una rueda de prensa multitudinaria en la que ha hablado sin tapujos, entremezclando el inglés y el español.

Con su inconfundible imagen trajeada, esta vez en malva, a juego con la pajarita y los calcetines -de rayas-, Blahnik no ha dejado ninguna pregunta por contestar y hasta ha ironizado sobre el nombre de sus 'manolos'. “No me gusta porque parece el nombre de un bar de toreros”, ha dicho, aunque después ha rectificado: "Es un gran honor ser conocido mundialmente por mi nombre de pila”.

LA FAMA ES ALGO ESTÚPIDO

Para muchos, saltó a la fama gracias a la serie 'Sexo en Nueva York', pero antes ya era un diseñador aplaudido internacionalmente. “No sé lo que es la fama. Solo se que cuando llego al aeropuerto me tratan bien. La fama es algo tan estúpido que no entiendo”, ha comentado el creador, que también ha hecho una ardua crítica de los desfiles. 

“No veo pasarelas. Desde hace tiempo no me interesan nada porque es algo monótono, todo es igual”, ha afirmado. "Lo de ahora, ha insistido, es un sistema 'demodé', es un espectáculo para entretener a gente simple que no tiene ilusión", ha argumentado Blahnik, que ha reconocido que le gustaría volver a los tiempos del 'prêt-à- porter', pero el mundo ha cambiado y ya no hay marcha atrás.

Desde hace años cuenta con una nutrida y selecta tropa de fans, pero el creador ha asegurado que no tiene musas. "A mí me encantan todas las mujeres, sean guapas, feas o gruesas”, ha proseguido. Y tiene donde elegir para inspirarse, pues entre sus más fieles admiradoras están Paloma Picasso, Victoria Beckham, Madonna, Jennifer Aniston, Rihanna, Katy Perry…  Incluso, la reina Letizia llevó unos 'manolos' el día de su boda (un regalo de Jaime de Marichalar), un acontecimiento que ha recordado. “Es guapísima y cada vez hace mejor su papel”, ha apuntado.

La conferencia se ha celebrado en el Saló Dorat de la Llotja de Mar de Barcelona, que se ha quedado pequeño para las que más de 300 personas que han asistido, entre invitados, prensa y público. No se han querido perder la cita el arquitecto Óscar Tusquets; los fotógrafos Antoni Bernad y Manuel Outomuro; la joyera Rosa Tous... 

Blahnik se ha acomodado junto a un amigo, el periodista Carlos García-Calvo, ante un foco cegador, y pese a algunos problemillas con el micro ambos han conversado relajadamente echando la mirada atrás. Diseñador y periodista han repasado la monumental carrera del 'zapatero' y, de paso, han hecho referencia al libro 'Manolo Blahnik: Fleeting Gestures and Obsessions’ (‘Gestos fugaces y obsesiones”), una obra colosal editada recientemente por Rizzoli, donde las palabras y las imágenes se centran en las obsesiones del creador. Página a página, los lectores se adentran en la intimidad de Blahnik a través de diálogos con amigos como Pedro Almodóvar, con quien comparte el amor por el cine. 

UN CINÉFILO OBSESIVO

Sobre zapatos han hablado poco, sin embargo, el tema del cine ha sido constante. El diseñador se ha definido como un cinéfilo obsesivo y ha revelado que viene a España a comprar películas, sobre todo de Constance Bennett, y que lo que más le interesa es el mudo y la transición del mudo al sonoro. Entre las actrices españolas ha destacado a Maribel Verdú, Aitana Sánchez Gijon y Ángela Molina. "Aunque mi debilidad es Rosario”, ha apostillado. 

También ha asegurado ser un gran amante de la lectura, una afición que le inculcó su madre desde pequeño cuando les leía a él y a su hermana por las noches. Y ha afirmado que el amor de su vida es "El Príncipe de Lampedusa" y la película "El Gatopardo", que dice haber visto más de 50 veces. 

Pese a ello, se ha definido como "poco nostálgico" y ha dejado claro que no quiere hacer un balance de su trayectoria, que vive el presente y el mañana, y que quiere que se le recuerde como "un hombre que hizo siempre lo que le dio la gana".