«Maldita la hora que voté PP»

Ha brotado un héroe. Alberto Casillas. Un «pobre camarero», según sus propias palabras. El martes, día conocido como el #25S, intentó proteger a algunos manifestantes de la desproporcionada carga policial. Ayer, en el Cuaderno del Domingo de este diario, Juan Fernández le hizo un cumplido y luminoso perfil. La tele también le ha dedicado la atención que se merece. Lo que no sabíamos el #25S, ni el 26, ni el 27, ni el 28, es que en la nueva jornada reivindicativa del pasado #29S, Alberto ha vuelto a ser noticia. Esa misma noche del sábado estuvo en El gran debate (T-5) y contó, con más indignación si cabe, lo que le había sucedido pocas horas antes: una agresión directa de la policía, cuando estaba recibiendo los abrazos y felicitaciones de varios transeúntes frente al Bar Prado, donde trabaja. Y al concluir, exclamó de pie en mitad del plató: «Yo fui votante del PP. Afiliado del PP. Y hoy digo que maldita sea la hora en que yo voté por esa forma de gobierno. Se lo dice un pobre camarero. Esto que está pasando está planificado. Tanto lo del día 25 como lo de hoy, día 29». Y el público asistente le dedicó un vibrante aplauso. No fue esta la única aportación de un testimonio directo que vivió y sufrió las cargas. También habló un anciano jubilado gallego, de 72 años, al que vimos con el brazo en cabestrillo, un brazo roto por los golpes de la autoridad. También él advirtió del trabajo de los agentes policiales camuflados como manifestantes, creando mas tensión para que el cóctel estallase, testimonio que se complementó con la emisión de ese vídeo en que un encapuchado es golpeado por la policía hasta que dejan de atizarle, porque grita: «¡Soy compañero, compañero! ¡He dicho que soy compañero, coño!».

Cuando estos testimonios y revelaciones comienzan a protagonizar programas de TV, el Gobierno del PP debería comenzar a reflexionar. Eso ya no lo paran ni los opinadores colocados estratégicamente para tergiversar la realidad.

Añadamos un dato que podría parecer anecdótico, pero que es significativo. En el Deluxe (T-5) del viernes convocaron a Merceditas Milá para darle un masaje. Pero en un momento dado, la Milá exclamó con voz tronante, criticando el apoyo de Jorge Fernández Díaz a las cargas policiales: «¡Me avergüenza que el ministro del Interior hable como ha hablado!». ¡Ah! Que hasta la condesa de Montseny se muestre indignada debería preocupar a Rajoy y a sus adláteres.