Letizia Ortiz

Larga vida al 'bob' (capilar)

La Reina sorprendió en la entrega de los premios de la revista 'Woman' con el corte de pelo que se inventó Vidal Sassoon y que se ha convertido en el peinado de moda

NOELIA SASTRE

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Vidal Sassoon es el fundador de la peluquería moderna, y a uno de sus míticos cortes de los años 60, el bob, ha recurrido la reina Letizia para refrescar su imagen. Un corte muy técnico del legendario estilista británico (fallecido en el 2012 a los 84 años) que hizo escuela con su «wash and wear» y sus creaciones geométricas (los famosos bobs angulares, el swinging bob o el five-point cut de 1965 para la modelo Grace Coddington, directora creativa de Vogue) inspiradas en las líneas limpias de la arquitectura Bauhaus, como él mismo cuenta en el documental Vidal Sassoon: The movie (2010).

El estilista liberó a las mujeres de la tiranía de los rulos y la laca. Trabajaba con los ángulos para encontrar el corte que mejor iba a cada rostro, dependiendo de su estructura. Transformó a incontables modelos, Mary Quant lo describía como «el Chanel del pelo» y alcanzó fama internacional cuando Roman Polanski rodó Repulsión en su salón londinense, en 1965. Tres años después, el cineasta le pagó 5.000 dólares por cambiar la imagen de Mia Farrow frente a reporteros y fotógrafos para el filme La semilla del diablo.

 

El 'look' de la temporada

 

Sus legendarios looks han sido imitados hasta el infinito. Entonces y ahora. Keira Knightley, Rihanna, Taylor Swift, Sienna Miller, Jennifer Lawrence, Emma Stone, January Jones, Rosamund Pike y muchas otras celebrities lucen el pelo con el que la reina Letizia sorprendió esta semana en los premios de la revista Woman. Un corte que muchos aplauden, con algún pero. «La idea es muy buena, aunque está mal ejecutada, sobre todo en la nuca. Es la prueba que siempre hago a quienes van a trabajar en mi salón. Un corte muy técnico que debe definir la mandíbula, con la nuca muy perfilada, limpia», señala un peluquero español que ha viajado por todo el mundo peinando a Gisele Bundchen, Naomi Campbell y Rania de Jordania. «Insisto: la intención es buena; la ejecución nefasta. Dentro de poco veremos cómo se le ondula. Tendría que haber llevado la raya en diagonal y más volumen en la parte alta de la coronilla. Lo que sí me gustó fue el color y el brillo».

 

Para Javier Vergara, peluquero que colabora para las principales revistas de moda y ha trabajado con Elena Anaya, Naty Abascal, Nieves Álvarez, Linda Evangelista y Elle Macpherson, «con este cambio la Reina crea estilo. Chapó por ella, por arriesgar, por lanzar un órdago a favor de la peluquería y fomentar que la gente vaya a los salones de belleza. Letizia se convertirá en un icono. Sabe lo que quiere, se siente segura, y ese bob tan conceptual y contemporáneo es un acierto. La Reina ha aprendido a ser guapa, porque la belleza es una actitud».

 

Imagen juvenil y renovada

 

Vergara cree que Letizia Ortiz ha cometido errores de imagen en el pasado, «pero ha crecido y ahora espero sus looks como si fuera Diane Kruger. Ha sabido quitarse y ponerse lo justo. Y hasta se comió a Carla Bruni. Sin duda su estilo dejará huella, hará historia», confiesa el estilista, para quien el defecto del bob real es que «lleva el pelo demasiado planchado; se podría mejorar con un toque más sofisticado, dejando más caída en la parte de delante y subiendo la nuca».

 

Beatriz Mora, estilista de Art Lab, también cree que este nuevo corte le va muy bien para renovar su imagen. «Es fresco, con un toque juvenil y actual, más dulce», opina. Pilar Martínez, directora de Know How Comunicación, estuvo con la Reina en los premios Woman. «Todos coincidimos en que lucía un corte favorecedor, joven y moderno. La Reina estaba muy cercana, en su mundo, haciéndose fotos y hablando con todos». A Mayte de la Iglesia, coach de belleza de L'Oréal Paris, estilista y bloguera de moda, el bob real le gusta porque «es moderno y distinto de lo que había llevado hasta ahora. Es un peinado poco aparatoso que le va muy bien a sus facciones y le da un look más juvenil. La incógnita es cómo se peinará cuando tenga que llevar tiara».