Iñaki Urdangarin, austeridad de quita y pon

Los Duques de Palma, Iñaki Urdangarín y Cristina de Borbón

Los Duques de Palma, Iñaki Urdangarín y Cristina de Borbón / periodico

por NÚRIA NAVARRO

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La vida en Barcelona de losUrdangarin-Borbón --dejaron Washington a finales del pasado agosto-- está resultando menos horrible de lo que cabía pensar, teniendo en cuenta la escandalera del'caso Nóos', el enojo del Rey y hasta los vientos republicanos que soplan en Catalunya.

Puede que sea así, en parte, porque los duques de Palma tienen guionizada su vida pública al milímetro. Según la periodista Marisa Martín Blázquez, la pareja ha contratado a un puñado de asesores externos a la Casa del Rey --estilistas, periodistas y expertos en leyes-- que les estarían entrenando en ¿simulación de austeridad?

Lo cierto es que, con la que les está cayendo, Urdangarin y su esposa no se pueden permitir maneras de 'sociality'. Ni siquiera las copas en la zona de Marià Cubí, las cenas en el Tragaluz y las bravas del Tomás que solían. A la que puede haber paparazis en el horizonte, el duque se pone al volante del tronado Golf GTI del 95 que el Rey le regaló a la infanta por su 30º cumpleaños, mientras que para las escapadas menos llamativas --esta semana se les vio almorzar en el restaurante Toc de la calle de Girona-- montan en un BMW serie 5 que no baja de los 40.000 euros conducido por un escolta.

Apartados de la vida oficial por imperativo real, los Urdangarin-Borbón aún viven en la mansión de los números 11 y 13 de la calle de Elisenda de Pinós, en Pedralbes, que compraron en el 2004 por 5,8 millones de euros, pero siguen buscando un acomodo menos palacete y más hogar.

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