ETA DESDE DENTRO

Iñaki Rekarte: "ETA era una secta en la que sus miembros éramos ovejas"

El exmiembro de la banda terrorista ha sido entrevistado en el programa 'Salvados' de Jordi Évole

Jordi Évole e Iñaki Rekarte durante la entrevista en el programa 'Salvados'.

Jordi Évole e Iñaki Rekarte durante la entrevista en el programa 'Salvados'. / periodico

ADRIÀ ROCHA / BARCELONA

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Iñaki Rekarte ha pasado la mitad de su vida en prisión. Tiene 44 años y ha estado 22 interno por atentar en 1992 con un coche bomba en Santander y causar la muerte de tres personas. Este exmiembro de ETA, ahora arrependido de sus asesinatos, ha sido el protagonista del último programa 'Salvados' de la temporada, en el que además de hablar de su propia experiencia vital, ha desentrañado cómo se organizaba la banda terrorista. 

"ETA era un grupo en el que todos éramos ovejas que seguíamos al pastor, aunque entonces no lo supiéramos. Éramos una secta de la que si te salías, te demonizaban y hasta amenazaban", ha dicho a Jordi Évole. "Si los familiares de las personas que he matado me estuviesen viendo les diría --después de un gran silencio-- que siento haberles hecho eso. Me gustaría hablar con ellos, y lo intenté, pero ¿Qué cojones les va a ayudar a los padres hablar conmigo?", ha expresado Rekarte visiblemente emocionado.

"Ahora mismo ETA me significa el pasado y el inicio de mi juventud. Una etapa en la que la política no importaba, nos veíamos como un ejército que tenía que actuar, nada más", ha asegurado. "En estos momentos la independencia de Euskadi me da exactamente igual. La violencia de estos años no ha servido de nada; solo para dejar a dos o tres generaciones llenas de mierda", ha espetado el exterrorista.

RELATO DEL ATENTADO

Rekate ha detallado durante el programa cómo se sucedieron los hechos que le costaron sus 22 años en prisión. "Con 19 años me hacen jefe del comando Santander (éramos 3 y nada experimentados). En el día del atentado estábamos en un atasco con el coche lleno. Lo aparqué en el sitio donde tenía que pasar una patrulla de la Policía Nacional. Eran las 8:30 de la tarde y había gente en la calle. Vi la furgoneta de lejos, se acercó y apreté el mando, lo que causó una explosión enorme con mucho riudo. Me subí a la moto y me fui", explica.

Después, según cuenta, pensó que el atentado había fracasado, ya que los muertos no eran los policías. "Cuando vimos que no funcionó, nos planteamos hacerlo de nuevo, pero se nos estropeó el mando. 10 días después --durante carnaval-- nos fuimos de fiesta. Entonces no reflexionabamos sobre lo que habíamos hecho, estabamos contentos. Nos pillaron en poco tiempo en Bilbao justo al irnos de Santander, cuando estaba jugando al ping pong. No opuse resistencia porque no llevaba la pistola encima, pero si la hubiese tenido no sé como habría actuado. Entonces no teníamos miedo a la muerte", asegura Rekarte, que después indica que fue torturado con métodos de todo tipo.

"En la cárcel me llené de odio hacia todo, era una forma de protección ante la realidad. Pero cuando mataron como a un perro a Miguel Ángel Blanco y tuve mi hijo, vi que tenía que marcharme de ETA, costase lo que costase", ha aseverado.