Fue un gran sueño

Paseo histórico por la cadena Canal 9 desde la primera emisión

TONI MOLLÀ

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Creo que soy el trabajador de plantilla más antiguo de RTVV. Gané mi oposición en 1988 y me dediqué, junto a otros compañeros, a preparar el inicio de las emisiones. Fui el encargado de diseñar un modelo lingüístico moderno, pero en el que se reconociera la audiencia. Tuvimos que inventarlo. El país no tenía una industria audiovisual, ni siquiera teatral. Las productoras de contenidos y doblaje apenas tenían práctica y la mayoría, además, prefería trabajar en castellano. Nos esforzamos en convencerles de que nuestro idioma era el factor proteccionista de su mercado, y conseguimos que se involucraran en el proyecto tanto como nosotros.

RTVV era el mayor cliente de una industria incipiente que costó mucho de levantar. El 9 de octubre de 1989, día del País Valenciano, empezaron las emisiones regulares. Xelo Miralles fue nuestra primera cara. Estaba nerviosa. "Eso demuestra tu compromiso con el país", acerté a decirle, taquicárdico, poco antes de salir al aire. Seguidamente, proyectamos 'Casablanca', en una versión inolvidable de los lingüistas de la casa.

Fue un gran sueño. También la gran oportunidad perdida. Quizá desde el primer día. Nuestro primer director general, a propuesta socialista, siempre trabajó para sí mismo y, tras su frivolidad formal, escondía su apuesta por el negocio y el pasteleo con la derecha rancia y anticatalanista. En lengua, contenidos y encargos. Fruto de su autoodio, Amadeu Fabregat llegó a prohibir centenares de palabras "por demasiado catalanas".

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