CULTURA, DISEÑO FOTOS, VERMUT

La Fábrica cumple 20 años

La editorial madrileña brinda en Barcelona por dos décadas de buenos proyectos

LA FÁBRICA CUMPLE 20 AÑOS

LA FÁBRICA CUMPLE 20 AÑOS / periodico

IOSU DE LA TORRE / BARCELONA

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La Fábrica cumple 20 años en acción en favor de la cultura, el diseño y la fotografía. En Barcelona quien da la cara de este colectivo liderado por Alberto Anaut es Ricardo Feriche. Los dos socios celebraron la noche del martes un encuentro para festejar el aniversario y subrayar el acento barcelonés proporcionado por Feriche a una editorial madrileña, tan madrileña que los embajadores de la marca España no tienen que explicarles de qué va.

El abrazo de Feriche y Anaut debería repetirse más. El creador del suplemento Rar, del Ara –poco dudoso en su apuesta independentista–, compartió tertulia con el jefe de las publicaciones Matador y Eñe (un lujo anual) y del certamen PhotoEspaña, entre copas y guiños a una concurrencia compuesta por amigos y familiares, muy familiares y muy amigos. Fotógrafos, editores, pintores, eruditos, periodistas y arquitectos. “El Eñe de este año lo dedicaremos a Catalunya y transformará la cabecera en NY”, reveló Anaut. Que en España quieren mucho a Catalunya. La ena i grega, Nueva York.

El editor tuvo claro que para hablar de La Fábrica en Barcelona el más indicado era Feriche. “Socio y arrendador”, bromeó. La sede de la calle de Tapioles, en el Poble Sec, fue el estudio-restaurante de los Feriche-Pomés hasta que Anaut le echó el ojo y se lo alquiló. Debe ser el primer caso en que la relación entre un inquilino y un propietario fructifica en alianza y más tarde en amistad que se resume en el trabajazo desplegado para el Matador dedicado a los hermanos Ferran y Albert Adrià en 2012 y en la inclusión del diseñador entre los 20 nombres que responden a las dos décadas de La Fábrica con Eduardo Arroyo y Miquel Barceló al frente.

‘HESPÉRIDES Y NARCÍS SERRA

Y más que hablar de La Fábrica, que también, la conversación transcurrió por la trayectoria profesional de Feriche. El símbolo podría ser esa doble página que creó para un reportaje sobre la Panamericana, la carretera que surca todo un continente de norte a sur o de sur a norte. 

La ruta de Feriche alcanza hoy metas plácidas a base de esfuerzo y talento. ¿Cómo empezó en esto de las revistas, los diarios y los libros?, le preguntó Anaut. “Hasta donde la memoria me llega es a la mili. La hice en Canarias y llevaba la revista de la Región Militar. Un día me encontré en el patio del cuartel a Narcís Serra, ya ministro de Defensa. Pude saludarlo y decirle qué hacía por allá y me respondió: tú si que te lo has sabido montar bien”. Ojo de ministro pianista, de bancario hiperindemnizado.

Le refresco la memoria al camarada: la revista de la región militar canaria se llamaba Hespérides. Efectivamente la dirigía él, siempre vestido de paisano, nunca de uniforme, acompañado por los lugartenientes Poldo Pomès y Jesús Hermida Villaseñor, el hijo del irrepetible periodista que estuvo en la luna. “Aquella mili fue de todo, menos mili. Menudas juergas nos corrimos”, nos recuerda un compañero de trinchera. 

 La anécdota  ilustra las aventuras de Feriche: Feriche en  Nueva York,  Feriche en Madrid y Feriche en Barcelona. O en marte. En revistas que aún resisten o desaparecidas. Años 90, años 2000: Districte (una modernez para los barceloneses que vivían por encima de la Diagonal), Woman, El Dominical y otros suplementos de EL PERIÓDICO, en dos etapas, Lyng, en el primer despegue de la compañía Vueling...  En libros magníficos y guías peculiares, distintas. En restaurantes que se inspiraron en la receta Feriche-Pomès para comer “bien y entretenido”. 

‘BARCELONA’, EL LIBRO

Como el suyo, el Fragments, en Les Corts, situado justo debajo del estudio de diseño. La cueva creativa donde se profana un cuerpo de letra o se introduce el vermut en las barras mucho antes de ponerse de moda.

La niña glamurosa de los ojos de Feriche es Barcelona, el libro de fotografías editado el año pasado y que lleva en portada una captura de su suegro, Leopoldo Pomés. Las Ramblas, 1957, con la lotería Valdés de fondo y una joven con las piernas cruzadas, gafas oscuras y gabardina, que no era otra que la pareja del retratista, Karin Leinz, la suegra y la abuela de Max y Nicolás. El volumen reúne a Cartier-Bressons, Català Roca, Matarranz, Colom, Miserachs, Avedon, Alguersuari, Tomàs...

 Leopoldo PomésKarin LeinzCartier-Bressons, Català Roca, Matarranz, Colom, Miserachs, Avedon, Alguersuari, TomàsSeguiremos soñando con la factoría Feriche.