Kim Kardashian & Kanye West

Están en todas las salsas

Los 'Kimye' libran una lucha cuerpo a cuerpo con sus amigos Beyoncé y Jay Z, en una carrera que les ha llevado a la cúspide de la fama.

TÁNDEM. Kim Kardashian y Kanye West, en el reciente desfile de Lanvin, en París. Abajo, North, su retoño.

TÁNDEM. Kim Kardashian y Kanye West, en el reciente desfile de Lanvin, en París. Abajo, North, su retoño.

POR noelia sastre

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Dicen que Kanye West le dijo a Kim Kardashian: «Vamos a ser más populares que Beyoncé y Jay Z». Y en esas están, siguiendo las normas impuestas por el rapero: su mujer se tiñó el pelo, cambió de amigos, empezó a elegir cuidadosamente las fotos que publica de su hija North y decidió mostrarla en todos los desfiles de moda a los que acude, que son muchos.

Dicen también que Kim sigue el libro de Bey hacia el estrellato, aunque estén en zonas muy distintas de la fama. Beyoncé ha pasado la mayoría de sus 33 años cantando y bailando. Kardashian (34 años), hija del abogado de origen armenio que defendió a O. J. Simpson, conoció la alfombra roja junto a su amiga Paris Hilton, entró en el mundo del reality show con su familia y se ha hecho un nombre a costa de su culo.

Ese estatus de celebridad le ha permitido posar desnuda para Playboy, lanzar líneas de joyas, perfume y ropa, hacer de modelo, escribir una autobiografía, crear un bronceador que se vende en Sephora, tener una figura de cera en el Madame Tussauds de Nueva York, cantar una canción -Jam (Turn It Up)- por la que el crítico del Daily News la definió como «la peor cantante en el universo de la telerrealidad». Y muchas cosas más de esas que hacen las celebridades.

También se ha casado tres veces. En el 2000, con el productor musical Damon Thomas, tras seis meses de noviazgo. En el 2011, con el jugador de la NBA Kris Humphries, con quien había empezado a salir dos semanas antes y de quien se divorció tras 72 días de matrimonio. Con Kanye West en el 2014, un año después del nacimiento de la hija de ambos, en una boda italiana a la que no asistieron los Carter (Bey-Jay Z). Y con él se consolidó la gran obsesión.

Rozando la mala educación

Tan protagonista que roza la mala educación, West afeó el Grammy al mejor vídeo para Taylor Swift en el 2009, interrumpiendo su discurso para decir que era Beyoncé quien se lo merecía. Volvió a hacerlo con Beck en los Grammy del 2015, ganador del mejor álbum. El rapero subió al escenario, aunque esta vez no habló. Después afirmó que el premio a Beck frente a Beyoncé era «una falta de respeto a la inspiración». Más tarde se desdijo: «Fue una broma, como los propios premios», a los que no acudía desde hacía seis años para protestar contra el proceso de votación. «Cuando Bey trabaja en su álbum tiene fotos de Kim en la pared porque representa a las mujeres poderosas. Se quieren y se respetan, aunque puede que haya cierta tensión estilo Lebron James-Kobe Bryant entre ellas», explica sobre la relación entre su mujer y la de Jay Z.

West nació en Atlanta en 1977 y creció en Chicago. Empezó como productor para Jay Z, Alicia Keys, Ludacris o Janet Jackson. Lanzó su primer álbum en el 2004 y, desde entonces, ha sido el rapero más premiado. La crítica lo adora. Y él no se corta un pelo. En los Brit Awards desembarcó con un lanzallamas para presentar su nuevo single, All Day, inspirado en los disturbios de Londres. Aunque los organizadores cortaron el sonido cuando West repetía la palabra «nigger» (el término más ofensivo en inglés, al que la prensa siempre se refiere como «n-word»), no pudieron esconder las caras de algunos de los presentes como Lionel Ritchie.

A punto de lanzar su nuevo disco, el anterior, Yeezus (2013), fue alabado como su mejor trabajo. La producción comenzó en una habitación de hotel de París y en él colaboraron Daft Punk, Hudson Mohawke, el productor Rick Rubin, Kid Cudi o Frank Ocean. Porque si algo se le da bien a este chico son las colaboraciones. La última, con Paul McCartney en el tema Only One, dedicado a su hija North West (el vídeo lo firma Spike Jonze). También ha trabajado con Jamie Foxx, con su mentor y hermano mayor Jay Z, con Estelle, con Bon Iver…

Y con su mujer en la campaña de Balmain, una polémica decisión de la firma de lujo que simboliza la meteórica ascensión de los Kimye desde que Anna Wintour los eligió para la portada de Vogue el pasado abril. Ese número vendió 150.000 copias más que el de Beyoncé, el año anterior. «Uno de los placeres de dirigir Vogue es ser capaz de escoger a quienes definen la cultura y nos influyen en la forma de ver el mundo. Ese papel lo juega hoy esta pareja. Os aseguro que Kanye no me rogó que pusiera a Kim en la portada», declaró Wintour.

Cuando en mayo se casaron, su foto de la boda en Instagram fue la que más corazones se llevó en esta red social. Para el primer cumpleaños de su hija organizaron una fiesta Kid-

chella (como el festival Coachella, pero para niños). Y en noviembre Kim posó con su culo al desnudo en la revista Paper junto al titular: «Revienta internet». Así que los Kimye ganaron a los Carter en casi todo. Solo se les resistieron los ingresos: Jay Z y Beyoncé tienen una fortuna conjunta de 892 millones de euros. Kanye y Kim se quedan en los 94.  H