COMUNICADO DE CONTRICIÓN

"No tenía ni idea de que Cecil fuera tan importante"

Palmer, a la izquierda de la imagen, junto a otro cazador, y un león abatido años atrás.

Palmer, a la izquierda de la imagen, junto a otro cazador, y un león abatido años atrás. / periodico

LAURA ESTIRADO / BARCELONA

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No era español, era de Minneápolis. Walter James Palmer, el dentista que anunciaba su clínica en Bloomington con "Una sonrisa lo dice todo" era tan bueno con las cuchillas de legrar y los fórceps como con el rifle, el arco y las flechas. Con estos últimos instrumentos abatió el 8 de julio a Cecil, el león más famoso de Zimbaue y, ahora, del mundo entero. El felino fue atraído fuera del Parque Nacional de Hwange con un animal muerto. Una flecha le hirió de muerte, y estuvo vagando casi dos días. Finalmente, un disparo de gracia remató la faena del ávido cazador blanco, que había pagado 50.000 dólares a dos personas para que le ayudaran a conseguir su capricho, un trofeo más para colgar en su salón. Cecil fue decapitado y despellejado.

Walter, J. Palmer, de 55 años y padre de dos hijos, además de empastar muelas desde hace 27, es un experimentado cazador a juzgar por las fotos que corren en las redes de él: sin camiseta, gorra visera, fornido como Putin en verano. En ellas aparece junto a rinocerontes, jaguares, enormes venados y cabras... Tiene afición a posar junto a sus presas abatidas con arco y flechas. Walter se jacta, además, de usar poco el rifle.

ODIADO EN LA RED

En su perfil en las redes Palmer admitía que le gustaba la "vida salvaje". Toda una paradoja para alguien aficionado a acabar con ella. El hombre que mató al león más amado de África es ahora el más odiado de Facebook. "Asesino", "eres un enfermo, busca ayuda", "deberías avergonzarte" o "mereces sufrir como el león" son algunos de los recados que le dejaron en el muro al cazador de corazón tan negro, de corazón tan cruel. En la página web de su clínica, miles de comentarios despectivos también le afean su conducta.

YA SOLO TIENE 'FAKES'

Las críticas han sido tantas que en las redes solo quedan 'fakes' del dentista. Le ponen a caldo y hay grupos anómimos que se han organizado para boicotearle. En Facebook, por ejemplo, hay uno que anima al escarnio de Palmer: en la puerta de su clínica dental le han puesto peluches de la fauna salvaje que acostumbra a rematar. 

Tras conocerse la noticia de la muerte de Cecil, el bello y enorme ejemplar de 13 años, se llegó a decir que el cazador tenía nacionalidad española. Hasta que esta semana se ha sabido la verdadera identidad del cazador. Johnny Rodrigues, presidente de una asociación conservacionista, Zimbabwe Conservation Task Force, ha explicado a los periodistas que Palmer no tenía licencia para cazar en esa zona; que solo vino con un visado de turista.

COMUNICADO DE DEFENSA

El furtivo ha abierto la boca para defenderse con un comunicado, donde hace acto de contrición y se defiende así: "Que yo sepa, todo lo relacionado con mi viaje fue legal y adecuadamente contratado y llevado a cabo". "Contraté a varios guías profesionales y conseguí todos los permisos adecuados", explia Palmer. "No tenía ni idea de que el león que cacé fuera tan conocido, ni que fuera tan importante para el país", añade. 

Según su versión, confió plenamente en la experiencia de su guía, el cazador profesional, Theo Bronkhorst. Este ha asegurado al diario 'The Telegraph', que tenía todas las licencias necesarias para que su cliente disparase a un león con arco y flecha en el área en la que fue cazado.

Al final del texto, por fin, el dentista pide perdón, y se pone a disposición: "Por el momento, las autoridades de Zimbabue no han intentado contactar conmigo ni con las autoridades de EEUU sobre la muerte de Cecil, pero voy a ayudarles en todo lo que necesiten". "Lamento profundamente que el ejercicio de una actividad que me encanta y la práctica responsable y legal de esta provocara la muerte del león", remacha.

INVESTIGACIÓN ABIERTA

La investigación que ha abierto Zimbaue no parece coincidir, pues de momento los informes sugieren que la caza fue furtiva, ilegal; y este mismo miércoles se presentarán cargos contra Palmer. Al parecer, el lugar donde finalmente feneció Cecil, fuera del parque nacional, no tenía licencia de caza de leones en vigor para este año.

Lo cierto es que Palmer no es la primera vez que tiene problemas por culpa de su afición. En el 2008 fue objeto de una investigación y al final recibió una multa por matar a un oso negro en Wisconsin, 40 millas fuera de una zona donde sí se permitía la caza. Le condenaron a un año de libertad condicional y al pago de 2.938 dólares. Poca broma.

JERICHO SERÁ AHORA EL REY

Tras la desaparición del pacífico Cecil, el Parque Nacional de Hwange se ha quedado sin su fiera más querida. El felino era, además del más famoso de los safaris y el que más turistas atraía, el cabeza de su gran familia. En su ausencia, ahora el jefe de los felinos será Jericho, un macho más joven, que "seguramente matará a los cachorros de Cecil para que él pueda introducir su propia sangre en las leonas", ha explicado Rodrigues, el experto en la fauna de Zimbaue que puso nombre y apellidos al dentista norteamericano que abatió al símbolo de África.