El tal Niño Becerra

Albert Sáez

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Cerramos una semana que empezó con los malos augurios de Paul Krugman sobre elcorralito, siguió con la estelar actuación de Jonathan Tepper y Edward Hugh en elSingularsde Jaume Barberà y acaba con un debate sobre el alarmismo, los gurus y el riesgo real de intervención de España. El fenómeno es una constante de esta crisis y la evidencia de los fundamentos postmodernos y relativistas que la explican. Y la estrella de esta fauna de profetas del desastre es, sin duda, el profesor de Economía de la URL, Santiago Niño Becerra. Fue un guru contracultural hasta que en 2009 el diarioEl Paislo elevó a la categoría de experto en su tribuna principal de opinión. Pero como me recordaba ayer un catedrático de la UB, la última aportación de Niño Becerra en un congreso científico se remonta al año 2005 en un encuentro sobreastrologíatituladoLas grandes crisis socioeconómicas en la era de Piscis. Me temo que ya no hacen falta más comentarios. No es necesario ser un experto en economía para percatarse de la credibilidad de lo que dice y de lo que escribe. Un dato para terminar. En la misma Wikipedia le atribuyen una profecía cumplida (España superará el 20% de paro) por seis fallidas. No hay más que añadir sobre el rey de los profetas.

Me temo que Niño Becerra no es una anomalía sino un síntoma de nuestro tiempo. Giambattista Vico ya pronosticó que tras la era de la racionalidad viviríamos unos años de caos antes de regresar a la era teocrática. Niño Becerra, Tepper y Hugh junto a las brujas que inundan la madrugada de todos los canales de televisión son el reflejo del caos que reina en nuestra época, que está en la base de la crisis y que explica el desconcierto general. Volvamos, rápidamente, a la racionalidad. Será más dura pero también más estable.