Un opositor para Trias

ENRIC HERNÀNDEZ

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Dos años después de su ajustada victoria en las urnas,Xavier Triassupera la reválida del barómetro de GESOP para este diario con mejor nota que su equipo de gobierno, que su partido e incluso que la oposición. El desgaste que cabalgar sobre la crisis acarrea a todos los partidos en el poder se ceba con CiU, pero con menor saña que con el PSC o el PP, en buena medida porque el alcalde de Barcelona ha logrado mantenerseau-dessus de la mêlée,marcando un perfil propio útil para esquivar las controversias.

La herencia de unas finanzas públicas saneadas -mérito que CiU no debiera racanear al socialistaJordi Hereuni a sus antecesores- y la especial atención que el alcalde procura prestar a los más castigados por la crisis explican, pese a los resbalones de algunos de sus colaboradores y al continuo drenaje de recursos municipales hacia la Generalitat, este fenómeno de disociación cognitiva de numerosos barceloneses, que censuran a la federación nacionalista pero al parecer indultan a su jefe de filas.

La otra clave hay que buscarla en la ausencia de una alternativa a lo que CiU representa. Los titubeos y la división del PSC abortaron la colaboración conTrias que Jordi Martípreconizaba, y que los ciudadanos prefieren a las alianzas entre CiU y PP, a tenor de la encuesta. Este paso atrás, junto a las incertidumbres acerca del cabeza de cartel que el PSC presentará en el 2015, desdibujan el perfil opositor deMartí y acentúan el retroceso electoral socialista. La escasa notoriedad de quienes pretenden concurrir a las primarias del PSC, junto a las múltiples incógnitas que sobre estas planean, constituyen otro pesado lastre para el partido que durante 32 años habitó y engrandeció laCasa Gran.

Altura de miras

La fragmentación del consistorio barcelonés que augura el citado sondeo -rayana en la ingobernabilidad- abona la necesidad de que las izquierdas exploren con altura de miras fórmulas de cooperación que pudieran desembocar, por qué no, en una lista unitaria que desborde las devastadas fronteras de los partidos tradicionales. Sería bueno para la izquierda, bueno para Barcelona y hasta bueno paraTrias, que necesita un opositor.