La clave

El Gran Hermano americano

ALBERT SÁEZ

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Uno de los rasgos de la posmodernidad es que se ha perdido el respeto por la vida privada. Uno de los fundamentos de la Ilustración fue precisamente la protección de la intimidad frente a los abusos y las injerencias de las iglesias, de los estados e incluso de las propias familias. La inviolabilidad de los domicilios y de la correspondencia, primero, y posteriormente de todas las comunicaciones fue una de las bases del Estado de derecho junto con la presunción de inocencia, la gratuidad de la justicia, el derecho a la propiedad y unos pocos principios más.

La refinada opinión pública europea se escandaliza estos días por el escándalo relacionado con la aplicación de la Patriot Act que aprobóBush y que no ha derogado el pluscuamperfectoObama. El Gobierno de Estados Unidos entra y sale de las comunicaciones electrónicas de quienes sospecha que podrían ser terroristas como Pedro por su casa. Mira, acumula, vincula, analiza y extrae conclusiones. La opinión pública norteamericana solo discute sobre la eficiencia de estas prácticas, pero no sobre su pertinencia.Benjamin Franklinse debe revolver en su tumba al comprobar la poca importancia que dan sus compatriotas de hoy a ciertos derechos que costó sangre, sudor y lágrimas conquistar.

Práctica común

Más allá de los tópicos antinorteamericanos, lo cierto es que el desprecio por el respeto a la intimidad es moneda común en la cultura posmoderna, El entorno digital deja rastro en servidores de todo tipo sobre nuestras operaciones bancarias, nuestras cartas más íntimas, nuestras ideas, nuestras aficiones, nuestros intereses... Información que entregamos a las compañías que los gestionan sin apenas pedir garantías ni de privacidad ni de legalidad. Sin inmutarnos. Ahora lamentamos que esa información llegue a manos del Gran Hermano americano. Pero la banalización es anterior, y no es principalmente el fruto de un exceso de control del Estado como había dibujadoOrwell sino un regalo a cambio de diversión como imaginóHuxley. Tomamos el soma digital a cambio de vender nuestra alma a los servidores, privados.