Una técnica que llegará en enero

Tatuajes de sonido: el arte de grabar música en la piel

Un estudio de Cornellà es el único de España que podrá plasmar en la dermis la voz del ser querido o un fragmento musical especial

Vega S. Sánchez / Barcelona

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Es el último grito en tatuajes, "el futuro" de los grabados en la piel, asegura Miguel Ángel Espinosa, de Ipsum Tattoo. Espinosa es el único tatuador español autorizado -"de momento", puntualiza- para hacer tatuajes de sonido. La idea es convertir a las personas en cajitas de música (o voz) andantes.

El estadounidense Nate Siggard es el hombre al que debemos esta nueva forma de impresión dérmica, que se le ocurrió, según explica él mismo, cuando un amigo de su novia se tatuó la primera línea de la canción 'Tiny Dancer', de Elton John. La novia de Siggard, Juliana, hizo entonces la pregunta del millón: "¿No sería genial escuchar el tatuaje?".

Fue entonces cuando Siggard se puso a ello: "En una sociedad en la que la teconología cada vez avanza más rápido, el arte del tatuaje se estaba quedando atrás. Conseguíamos dibujar en la piel todo lo que nos pedían nuestros clientes, pero queríamos dar un paso más", ha asegurado en su página web Skin MotionSkin Motion.

Y probó en su propia piel, con la voz de Juliana diciéndole 'I love you' ('Te quiero') y el balbuceo de su bebé, de entonces 4 meses:

El método para conseguir un tatuaje parlante es sencillo: se realiza una grabación de un minuto máximo y se sube a la página web de Skin Motion. En esa página recogen los datos y plasman el sonido en forma de grabado o dibujo (ondas de sonido, "como si fuera un código QR", puntualiza Espinosa) que se imprime como si fuera una calcomanía. Con esa reproducción, Espinosa traspasa, desde su estudio en Cornellà (Baix Llobregat), el sonido a la piel, convirtiéndolo en tatuaje.

Posteriormente, mediante una 'app' -que se descarga de forma gratuita en móviles con sistema operativo iOs Android- y como si fuera un lector de códigos de barra, se reproduce el sonido. Hay que crear una cuenta en la 'app' y activar el lector de tatuajes, que tiene un precio promocional y único de 29,99 dólares (algo más de 25 euros). La aplicación, con este pago único, puede descargarse en cualquier soporte y que el tatuaje hable (o suene) en cualquier teléfono o dispositivo.

Diseños con olor

Si el <strong>tatuaje musical</strong> no es lo tuyo, quizás prefieras despertar el sentido del olfato. La marca de tatuajes temporales <strong><a href="https://tattly.com/" target="_blank">Tattly</a></strong> ha desarrollado diseños florales que incluyen aroma: desde dibujos con olores naturales hasta fragancias inspiradas en todo tipo de dulces, hechos con tintas no tóxicas. Desde Tattly indican que el aroma en la piel dura cerca de "un día, como cualquier perfume, aunque depende de cada persona y su tipo de piel, mientras que el tatuaje [temporal] dura de dos a cinco días".

Espinosa quiere dejar claro que, aunque el proyecto se inició en Estados Unidos hace un par de años y él lleva un año y medio como único tatuador de sonido autorizado en España, hacerse un tatuaje de este tipo aún no es factible en nuestro país. ¿El motivo? "Se ha retrasado porque los tatuadores pedimos, de alguna manera, que si Skin Motion cerraba, se pudiese seguir escuchando el tatuaje. Es por ello por lo que se está creando una 'big data' [base de datos] que almacene todos los tatuajes y sus sonidos, independientemente de quién gestione esa base de datos", asegura Espinosa. "Se suponía que en julio tendría que estar ultimado, pero yo no creo que pueda empezar a tatuar hasta enero del año que viene", confiesa.

Dos meses de lista de espera

De momento, él ya tiene una "lista de espera de dos meses, con gente de Alemania, Portugal... De toda Europa", asegura ufano. "Soy de los primeros que está en el proyecto", dice. "Lo vi por internet hace año y medio, y enseguida me di cuenta de que era el futuro [del tatuaje]. Ser pionero en algo es crucial... Y yo lo soy", añade. "Compañeros míos de toda España lo han intentado, pero no han sido autorizados. Seguramente, cuando esto despegue y se multiplique la demanda -que lo hará, puntualiza- se autorizará a más tatuadores en España... Pero, de momento, soy el único".

Para los prácticos que no ven la utilidad de tatuarse un sonido en la piel (realmente, bastaría con escuchar el clip o grabación en el mismo dispositivo en el que lees el tatuaje), Espinosa tiene un simil: "Sí, pero no lo llevas en la piel. Es como quien tiene una bicicleta o un ferrari: con ambos puedes ir al mismo sitio, pero... no es lo mismo".

Y opina que el siguiente paso es asociar una imagen a un clip de voz o música. "Aunque vuelve a no ser lo mismo... No es lo mismo tener la cara de tu abuelo fallecido que sus palabras impresas, tatuadas". Nunca mejor dicho.

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