¡TODO VENTAJAS!

8 objetos desechables convertidos en comestibles

Estas ideas te permiten reciclar, ahorrar y dejar de contaminar

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ALBA GARCÍA / BARCELONA

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A veces nos estrujamos el cerebro para encontrar la manera de reciclar y, de paso, ahorrar un dinerillo. Pero hay objetos que tenemos tan normalizados en nuestro día a día que no somos capaces de darnos cuenta del partido que le podríamos sacar si modificáramos un poco su elaboración. Un plato, un tenedor, una taza de café... son utensilios que cuesta imaginarse como algo que no sea desechable. Pero es posible, solo necesitas un poco de imaginación.

Aquí van 8 ejemplos de objetos que pueden pasar de desechables a comestibles, algunos de ellos listados en la web de upsocl. Más cómodo, más rentable y menos contaminante. ¡Todo ventajas!

1. VAJILLAS DE CÁSCARA DE ARROZ

Si utilizas platos convencionales, te ahorrarás fregar después de la comida. Y si prefieres los de plástico, no tendrás que tirarlos cada día sin la posibilidad de darles otro uso. Una empresa chilena se fijó en que dos de las cosas que más se tiran a la basura son los platos de plástico y las cáscaras de arroz, y decidió crear una vajilla pensada para poder aprovechar ambas cosas. Si una vez usado sigues teniendo hambre, te lo puedes comer. Y si no también puedes optar por compostarlo o plantarlo.

2. PLATOS CON HOJAS DE LOS ÁRBOLES

Siguiendo con los platos, aquí va otra idea. Se trata de un nuevo material que se ha desarrollado en la Universidad de Naresuan, en Tailandia. Está hecho con las hojas que caen de los árboles y es moldeable e impermeable. Pero lo más importante, ¡no es tóxico! Así que es una gran alternativa a los envases de espuma de poliestireno.

3. 'BAKEYS' DE ARROZ

Igual que cuando pides un helado te comes el barquillo, con esta idea llegada de la India puedes acabar también con la cuchara y el envase. Los ingredientes son el arroz, el trigo y el sogo, así que lo puede comer prácticamente todo el mundo. No tiene ni conservantes, ni lácteos, ni grasas trans y además está pensado para vegetarianos. 

4. VASOS DE GELATINA

También los vasos se pueden aprovechar. Acabar tu refresco o tu cocktáil y comerte el vaso es posible y solo necesitas gelatina de algas, que le aportará sabor, olor y textura a tu vaso. Además puedes jugar con los sabores y hacerte el recipiente con el gusto que mejor le vaya a la bebida que te estás tomando. Por ejemplo, si disfrutas de un Bloody Mary, tu vaso podrá estar hecho de apio y pimienta. 

5. TAZAS DE CAFÉ

Y si cada vez que pides un café para llevar en cualquier establecimiento te da rabia no poder reciclar el vaso, una solución serían estas tazas. Café italiano Lavazza pensó que debería haber alguna manera de evitar tirar todos esos envases de plástico y cartón que de ninguna manera pueden reciclarse. Así, crearon unas tazas hechas con galleta que tienen en el interior una cobertura de azúcar para que el recipiente aguante el líquido sin derretirse.

6. EMBALAJE DE HONGOS

Una idea de la empresa estadounidense Ecovative. El objetivo de crear estas fundas para guardar botellas es eliminar el plumavit. ¿Por qué? Esta es la opción más orgánica ya que está hecha con micelio, que es la parte que crece en las fibras ramificadas del hongo.

7. ENVASES DE GELATINA

Mantener tu bebida fresquita y luego además poder beberte el recipiente. Esta es la función de estos envases elaborados a base de gelatina de agar-agar y agua. Una vez utilizados los podrás disolver en agua y tomártelo sin nigún problema. Una suerte, ¡dos refrescos en uno!

8. MOCHILAS DE PIÑA

El arte de reciclar elevado a la máxima potencia. Lucas y Brooke Swanson decidieron crear una empresa con la que pretenden potenciar los accesorios y prendas elaborados a partir de piñas. La historia que hay detrás de esta idea te hace entender cómo han llevado a cabo algo que parece ficción. Se encontraban en Bangladesh cuando ocurrió la tragedia del derrumbe de la fábrica de industria textil que acabó con la vida de más de 1.000 trabajadores. Como método de reivindicación decidieron lanzar este proyecto.

Quizá estas alternativas nos choquen demasiado e incluso nos parezcan imposibles, pero todo es cuestión de empezar a incluirlas en la vida cotidiana. Al fin y al cabo son nuevas formas de elaborar diferentes productos que nos benefician a todos.