EL ARMA DEL HUMOR UNIVERSAL

El muro que quiere Trump en la frontera con México resucita a Cantinflas en las redes

Se viraliza la escena del cómico en 'Por mis pistolas' en la que negocia con un aduanero de EEUU

IOSU DE LA TORRE / BARCELONA

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Donald Trump nunca pudo imaginarse que entre los muchos poderes que ha adquirido como presidente de Estados Unidos estaría el de la resurrección. La amenaza de construir un muro aún más grande del existente en la frontera con México y que, además, deberían financiar los propios mejicanos, ha rescatado la figura de Mario Moreno, 'Cantinflas'.

Las generaciones que no supieron de la extensísima filmografía del cómico mejicano, fallecido en 1993, gozan ahora de una excelente oportunidad para descubrirlo.

El milagro de la resurrección de don Mario Moreno ‘Cantinflas’ lo han pregonado como nadie los agitadores de las redes. Alguien recordó que en 1968 se estrenó el filme ‘Por mis pistolas’ y una de sus memorables escenas corre al galope por el ciberespacio: el encuentro de Cantinflas con un aduanero en un puesto fronterizo en lo que en esa parte del mundo se llama el Norte.

La conversación Cantinflera podría darse hoy mismo, casi medio siglo después de que ‘Por mis pistolas’ hiciese llorar a los millones de seguidores del cómico del bigotito, la gorra y los tirantes rendidos por el peso de los tejanos.

UN WESTERN MEJICANO

El boticario Fiudencio Barrenillo viaja a Arizona para reclamar la propiedad de una mina. Al llegar a la frontera es interceptado por un agente que se excede en su afán vigilante. Como aquel portero que se creía dueño de la finca.

Pinchen en el vídeo, la risa hasta la lágrima está garantizada.

En la Wikipedia descubrimos que el título de ‘Por mis pistolas’ se debe a que en la escena final Cantinflas baila y las pistolas que lleva son tan pesadas que se le caen los pantalones y dice “por mis pistolas se me cayeron los pantalones cuando estaba bailando”.

Ante la amenaza de Trump, mejor desenfundar las pistolas del humor y trocharse, aunque eso no quiera decir que al inquilino de la casa Blanca haya que tomárselo en serio.

El sucesor de Obama da miedo. El miedo, a veces, desata la  de quien lo experimenta. Si de reírse se trata, mejor buscar este trozo de Cantinflas en aquella frontera desangelada y sin murallas.