EQUIVOCACIÓN REPETIDA

Google Maps envía a cientos de turistas de un fiordo noruego a una solitaria aldea

Los viajeros extraviados aparecen a 30 kilómetros de su destino cuando quieren ir a la Roca del Púlpito, una de las mayores atracciones de Noruega

La Roca del Púlpito, la gran atracción turística de Noruega.

La Roca del Púlpito, la gran atracción turística de Noruega. / periodico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Google Maps es en la actualidad una herramienta indispensable en los viajes que soluciona muchos problemas a sus usuarios, pero en ocasiones el efecto puede ser el contrario. Fossmork, una pequeña aldea noruega, ha recibido una oleada de turistas extraviados debido a un error en la aplicación cartográfica que los enviaba a 30 kilómetros de su destino.

El error, según ha informado el medio local 'Stavanger Aftenblad'Stavanger Aftenblad, ha afectado a algunos de los turistas que se dirigían a la Roca del Púlpito, una de las mayores atracciones turísticas de Noruega. Se trata de una imponente formación rocosa situada en un fiordo próximo a la ciudad costera de Stavanger.

Debido a un error en la aplicación, los viajeros recibían indicaciones erróneas que los hacía terminar a 30 kilómetros del lugar, en la pequeña y aislada aldea de Fossmork, situada al otro lado del fiordo. La llegada de los inesperados visitantes sorprendió a los escasos habitantes del pueblo, que recibían entre 10 y 15 vehículos al día, según los medios locales.

"CARRETERA ESTRECHA"

Ante esta curiosa situación, los turistas se enfadaban cuando los lugareños acertaban a explicarles su error. "La carretera hasta Fossmork es bastante estrecha y a veces los turistas llegaban a enfadarse cuando les indicábamos que dieran media vuelta", según declara Gunnar Boe al diario de Stavanger.

La alta cantidad de visitantes ha dado incluso lugar a situaciones bastante peculiares para los habitantes del apacible pueblo. "Conseguimos hablar con turistas chinos y japoneses, y un americano incluso quería comprar una cabaña. El lugar le parecía fantástico", narra Boe.