¿Por qué los taxis de Barcelona son negros y amarillos?

Santiago de Chile y las ciudades argentinas de Rosario y Buenos Aires tienen taxis con los mismos colores

Taxis estacionados cerca del Hotel Majestic, en el paseo de Gràcia de Barcelona.

Taxis estacionados cerca del Hotel Majestic, en el paseo de Gràcia de Barcelona. / periodico

VEGA S. SÁNCHEZ / BARCELONA

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A principios del siglo XIX, Barcelona estaba en plena expansión industrial. Es entonces cuando empiezan a aparecer las primeras experiencias orientadas a la explotación de coches de alquiler. En 1820, el señor José Riera, llamado 'el Ros', alquilaba carruajes en unas cuadras situadas en la calle Calders, según fuentes del Institut Metropolità del Taxi de Barcelona. Pero no eran los únicos. La familia Bigorra también se dedicaba a esta misma actividad en la plaza del Pi, con sucursal incluida en la calle Ample.

Con el desarrollo de la ciudad, proliferan los vehículos a motor, por lo que se hace cada vez más necesaria una regulación del tráfico rodado, que se hace incluso más imperativa en 1859, con el derrumbamiento de las terceras murallas y la adopción del plan del Eixample del ingeniero Ildefons Cerdà.

El 14 de octubre de 1864, el Ayuntamiento de Barcelona aprueba un reglamento que introducía por primera vez el concepto de 'coche de plaza' (el taxi actual) y establece unas normas de conducta para los cocheros. Pero es en 1924 cuando el Ayuntamiento publica un nuevo código de circulación urbana y normas comunes para todos los taxistas, como instalar un taxímetro o pintar una línea bajo la ventana (blanca, roja, amarilla o azul) según la tarifa. Así, los más baratos eran los de la línea blanca (40 céntimos por kilómetro), seguidos de la línea roja (50 céntimos), la amarilla (60 céntimos) y la azul (80 céntimos). Con el 'boom' de la Exposición Internacional de 1929, se originó una fuerte competencia entre las compañías de taxis y los autónomos, en la que el Ayuntamiento decidió mediar, imponiendo una tarifa única en 1934. La elegida fue la de la franja amarilla.

Pero Barcelona no es la única ciudad con estos colores. Santiago de Chile o Rosario y Buenos Aires (ambas, en Argentina) comparten los mismos.

El amarillo es el color de los taxis de Nueva York porque el fundador de la Yellow Cab Company (la compañía de taxis amarillos), John Hertz, pensó que era el color más fácil de reconocer. Y el negro es el color de los 'black cabs' (taxis negros) londinenses, aunque hoy en día es posible encontrar en la capital británica taxis de cualquier color.