Significado

Día Internacional del Beso: origen y por qué se celebra el 13 de abril

Dar un ósculo a tu pareja antes de salir de casa te alarga la vida 5 años, te hace tener menos accidentes de coche y ganar más dinero

El beso como la expresión de amor.

El beso como la expresión de amor. / periodico

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Hay besos de película, robados, apasionados, de buenas noches, bajo la lluvia, fraternales, esquimales... Este jueves día 13 se celebra el Día Internacional de este simple gesto que acerca a las personas y construye relaciones íntimas, familiares y de amistad. La forma de dar un beso ha evolucionado a lo largo de los años, adquiriendo diferentes significados. Desde la Edad Media, en que los súbditos besaban en la mano a sus señores feudales como símbolo de respeto, hasta la actualidad, en que puedes besar a la persona amada a través del móvil.

Cuál es el origen del Día Internacional del Beso

Un matrimonio tailandés, Ekkachai y Laksana Tiranarat, marcaron en el 2011 y por primera vez en el calendario mundial el Día Internacional del Beso, tras coronarse con el premio al beso más largo de la historia en un concurso. El certamen se celebra cada año el día de San Valentín y reúne a enamorados de todo el mundo para que aguanten con los labios pegados tanto como puedan. Los ganadores enredaron sus bocas durante 46 horas y ni siquiera se separaron para ir al baño, marca que elevaron dos años después a ¡casi dos días y medio! besándose sin parar.

En total, 58 horas de ósculo sin interrupciones que pronostica a esta pareja asiática el sueño de la mayoría de mortales: salud, dinero y amor. El psicólogo alemán Arthur Sazbo asegura en un estudio que "las personas que dan un beso cada día a su pareja antes de salir de casa viven cinco años más, tienen menos accidentes de coche y ganan más dinero”.

Besos para recordar

Mentes brillantes como la de Alfred Hitchcock consiguieron derribar los prejuicios de consumar el ósculo en la gran pantalla o en público. El director de cine se las ingenió con la famosa escena de Cary Grant Ingrid Bergman en la película de 'Encadenados' (1946) para que este símbolo de amor no fuera censurado. Las estrellas se dieron pequeños e interrumpidos besos durante dos minutos y medios burlando las reglas cinematográficas de la época.