ACTO PREELECTORAL DE LAS EUROPEAS

Zapatero saca pecho de su "pesada herencia" en materia social y de libertades

MAYKA NAVARRO / Madrid

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El recuerdo de la ley de dependencia con el duro testimonio de Aurelia, la madre de Alberto un niño discapacitado cuyos gritos al verse en un vídeo estremecieron el auditorio es la imagen que mejor resumen el acto preelectoral protagonizado esta mañana por el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Los socialistas desempolvaron el mejor legado del Gobierno del PSOE: las mejoras en materia social y de libertades, y la candidata Elena Valenciano se encargó de advertir que esas políticas de protección "sin son política europea".

"Orgullosa de ti"

Tras dos años escondido, sin apenas apariciones públicas, señalado como responsable por el debacle electoral socialista del 2011, Zapatero ha recuperado este mediodía los hitos en materia social y de libertades de su Gobierno. Relajado, muy cómodo e incluso divertido al final leyendo la carta que le envió un gay que el domingo se casa, Zapatero fue ovacionado y homenajeado por el auditorio. Valenciano se encargó de traducir los aplausos en palabras: "Yo te reivindico todos los días y me siento profundamente orgullosa de ti. No todos en el otro lado pueden decir lo mismo". El acto enmendó el silencio de la dirección del PSOE en el décimo aniversario de la victoria electoral de Zapatero.

Los organizadores intercalaron videos con testimonios para recordar aquellas leyes sociales y de libertades que, advirtieron, están en peligro por las políticas conservadoras del Partido Popular. Empezó Aurelia sintetizando el drama sobrevenido por los recortes en la ley de Dependencia. "Por muy dura que la crisis haya sido y es, haber recortado por aquí, no... Nunca jamás", aseguró Zapatero tras prometer que el próximo gobierno socialista tendrá como primer cometido "restaurar y restituir los derechos y prestaciones en materia de dependencia".

La batalla contra el machismo violento

La ley socialista de violencia de género sirvió a la candidata a las elecciones europeas del 25 de mayo para prometer que batallará para que la Unión Europea implante una ley por la seguridad de las mujeres que avance en la lucha por la lacra de la violencia de género. El testimonio de Marisa Fernández, de 74 años, con el rostro a oscuras todavía para protegerse de su exmarido puso el acento en que la batalla contra el machismo violento sigue más viva que nunca.

El siguiente documental fue dedicado a la ley del aborto. Valenciano reivindicó el derecho de las mujeres a decidir como quieren organizar sus vidas. "Para que el Gobierno no saque el proyecto contra nuestro derecho a decidir que tienen escondido debajo de la mesa, tenemos que ganar nosotros". Y reprochó que el ministro de Justicia, Alberto Ruíz Gallardón, intente desde el escaño del Congreso "darnos a nosotras, las mujeres, lecciones de como tenemos que ser madres. Eso no, por ahí no pasamos".

La presencia de Pedro Zerolo

El final del acto estuvo dedicado a la ley que legalizó los matrimonios homosexuales en España, y sirvió para que los besos y abrazos que recibió el dirigente socialista madrileño, Pedro Zerolo, al entrar en el auditorio de la Casa América de Madrid, se transformaran en una cálida ovación, compartiendo escenario con Valenciano y Zapatero.

 Zerolo combate desde hace un tiempo un cáncer de pancreas. Zapatero sacó en ese momento toda su artellería emocional y recuperó una carta recibida "ayer mismo", de un joven gay que decía ser de derechas y que aunque se opuso y combatió la ley de las parejas homosexuales, el domingo se casaba con el hombre de su vida."Brindaré por usted presidente, porque es responsable de una parte de mi felicidad", leyó Zapatero. "Es una carga muy pesada la de la herencia, lo reconozco. Pero mucho más pesado será cambiarlo, os lo aseguro", dijo Zapatero, para advertir después de que la sociedad española “no va a aceptar ni una sola marcha atrás más en derechos y libertades".

Valenciano estuvo arropada también por Alfredo Pérez Rubalcaba Eduardo Madina, que se mantuvieron discretos y en un segundo plano para no robar protagonismo a la candidata y al expresidente.