«La 'marca España' cotiza cero en la Unión Europea»

-¿La doctrina económica, la austeridad que para algunos es austericidio, impuesta por la Unión Europea ha sido útil en términos de cohesión social y bienestar? ¿Debe seguir?

-España lleva cinco años haciendo déficits del 10% del PIB. Catalunya es una excepción porque, en tres años, ha visto reducir en el 25% su presupuesto, porque desde Madrid le han cerrado las transferencias de forma unilateral y discrecional. Si España tiene paro y otras cosas que no funcionan es por motivos que nada tienen que ver con esta doctrina, es porque hay cosas que no funcionan: ha aumentado el gasto militar, sigue construyendo altas velocidades, es un festival de trenes a Galicia y Extremadura... Por tanto, no se puede decir que todos los males españoles son culpa de la austeridad. La marca España hoy cotiza cero en Europa.

-La sensación es que no estamos ante una UE, sino una Europa de los Estados en la que la última palabra la tienen Angela Merkel y sus bancos.

-La Unión Europea solo tiene un presupuesto de 130.000 millones, tres veces el de la Generalitat. Y no tiene ni tesoro común, ni eurobonos, ni gobierno económico, ni competencias en política fiscal, ni recauda ningún tributo.

-¿Por qué no existe unión fiscal?

-Porque esta crisis ha acentuado las diferencias norte-sur, porque el norte de Europa en seis meses superó la crisis y el sur lleva cinco años cayendo. Hay muchas causas que no tienen que ver solo con la austeridad. Los nórdicos dicen: '¿Quieres unión fiscal? Antes cuadra el presupuesto'. No es una cuestión de decir que la culpa es de la austeridad, pese a que en Catalunya pueda tener parte de razón porque la estamos sufriendo mucho.

-No solo se ha sufrido sino practicado. El president Artur Mas era el campeón de la austeridad cuando llegó al Govern.

-Porque le han cerrado el grifo, ha habido autonomías como Andalucía que han aumentado presupuestos y decían que ellas sí sabían gastar y no como este 'neoliberal salvaje'. Y en cambio a la Generalitat le han ido bajando el presupuesto. Y quien controla el grifo no es la Generalitat.

-La UE es consciente de los índices de pobreza, inasumibles, tanto en España como en Catalunya?

-Sí, pero ¿qué competencias tiene en ello la Unión Europea? En Estados Unidos se ha hecho una brutal política monetaria de expansión nunca vista. Pero durante estos cuatro años de política expansiva nunca vista, las diferencias de renta están aumentando porque este dinero que se inyecta va al sector financiero. Y este sector no siempre da crédito. El caso español es clarísimo. E incluso Mario Draghi dice que las futuras inyecciones a la banca irán condicionadas al crédito a pymes.

-Ya era hora.

-Ya era hora, pero hasta ahora no ha pasado porque la banca ha ido guardando este dinero, saneándose, tapando agujeros. No ha llegado a las pymes.

-El acto que las pymes catalanas celebraron la semana pasada acabó con proclamas a favor de la independencia. ¿Existe inquietud en Bruselas por el proceso catalán?

-Hay inquietud porque España no da signos de inteligencia política, como no la da en la reforma energética, en la reforma de infraestructuras prioritarias para un país, en las reformas laborales... Se preguntan cómo es posible que todavía no haya una oferta federal sobre la mesa, federal de verdad.

-La preparación de la lista de CiU ha dado para mucho. ¿Es verdad que el eurodiputado de Unió, Salvador Sedó, y usted se llevan tan mal?

-No, no. He tenido buena relación con todo el mundo. Con algunos he tenido más y con otros menos.

-¿Cómo definiría su relación con Salvador Sedó?

-Las veces que ambos hemos coincidido, correcta.

-Le hubiese gustado estar en una lista conjunta con el resto de fuerzas partidarias de la consulta?

-Sí, en julio del año pasado, cuando Ernest Maragall lanzó la idea ya dije que me parecía positivo.

-¿Por qué no ha sido posible?

-Es una operación muy arriesgada y visto con perspectiva histórica hemos estado a punto de conseguirlo. Quizá la tendremos más adelante.

-Hay quien cree que Mas se deja llevar por la movilización social.

-Intenta canalizar las demandas del país. El president ha sido previsible, transparente y coherente en el camino que emprendió hace cuatro años. El 7 de noviembre del 2012, en Bruselas y ante el think tank Friends of Europe explicó la opción A, la B y la C.

-Ese acto no le fue muy bien.

-Perdone, fue el segundo con más audiencia.

-La mayoría de intervenciones fueron para pedirle que no introdujera un problema más en la UE.

-También puede ser una solución. El Estado catalán es la gran reforma estructural que la España centralista necesita. Esto explicado así, un alemán te lo compra.

-Tras esa cita, el presidente de la Generalitat ha reconocido que Europa no tiene un interés especial en abrir este melón.

-Obviamente, por tanto te elevará el listón. Dado que no quiere 50 Catalunyes, el listón ha de ponerse muy alto. Si quieres saltar al club de los estados, como dice Raimon Obiols, quizá convienen cuatro elecciones seguidas: europeas, municipales, catalanas y españolas, con participaciones masivas y victorias muy claras de los partidos soberanistas, para que una declaración unilateral te la reconozcan al día siguiente. Porque no todas las naciones de Europa lo tienen: movilización, participación democrática y legitimidad.

-¿Como independiente, le ha costado entrar en la dinámica de funcionamiento de los partidos? ¿Se ve todavía como un outsider?

-Totalmente. Han sido 15 años de académico en la universidad y he ido por libre. En el Parlamento Europeo he tenido mucha libertad. Muy pocas veces he recibido consignas.