Javier Nart: "El PSC e ICV necesitan un buen psicólogo"

Abogado, escritor, corresponsal de guerra, tertuliano... Javier Nart es ahora el cabeza de lista por Ciutadans para las elecciones europeas.

-¿Cómo ve el proceso soberanista?

-Hay una situación de emergencia social, de sociedad fracturada. Yo soy vasco, y la fractura de la sociedad catalana entre buenos y malos catalanes es lo más parecido a la sociedad vasca con buenos y malos vascos, excluyendo lógicamente la patología criminal de ETA.

-Veo que cree que hay crispación.

-No lo creo, lo percibo. En la época de Franco, y yo fui un antifranquista puro, me llamaban antiespañol. Pues hoy me llaman anticatalán. Los mismos que definen cuál es la patria, la española o la catalana, son los que dan carnets de patriotismo o de traidores a los demás. Es neofranquismo sociológico.

-Entonces, ¿decidió usted ser candidato por la cuestión soberanista?

-No. Ojalá el problema de Catalunya fuera el soberanismo, El problema de Catalunya es múltiple. A finales del 2012, la UE analizó la eficacia, la transparencia y la corrupción en 199 gobiernos regionales. Y Catalunya está en el puesto 130. Somos la cabeza de los países más corruptos. ¿Quién nos roba, España? El independentismo en sí mismo es respetable. El problema surge cuando con la bandera se oculta la cartera. ¿Sabe qué significaría la independencia?

-¿Qué significaría?

-Le voy a poner dos ejemplos. En la tensa separación de Chequia y Eslovaquia  el comercio entre ellas cayó un 67%, y eso que nadie dijo que el otro le robaba. Y en la independencia de Letonia, Lituania y Estonia, que se produjo sin conflicto, hubo una disminución del comercio del 55%. Eso es el efecto frontera, y en Catalunya implicaría perder miles de millones en su relación comercial con España, más de 4.000. ¿Qué explicarán a los trabajadores que se queden en paro los camaradas secretarios generales de UGT y CCOO? ¿Se comerán la estelada esa alimenticia?

-Dice esto y llega el PP y le recuerda que hace años usted fue a actos en defensa de una «Catalunya lliure».

-Yo no sé si es que son memos de solemnidad o es que no saben la historia. Decir que el Partido Socialista Popular de [Enrique] Tierno Galván era independentista es como decir que el Rey es republicano bolchevique. Cuando yo pedía la libertad durante el franquismo y la transición, hablaba de la libertad global.

-A la vez, es usted muy crítico con el papel que están jugando el PSC e ICV-EUiA en este debate.

-El PSC e ICV-EUiA necesitan un buen psicólogo, Yo toda la vida he defendido la libertad, la igualdad y la solidaridad. Cuando veo a una izquierda que defiende que los catalanes tenemos derecho a un trato diferente me pregunto: ¿por qué cada día los señores del PSC se levantaban pensando que debían justificar que eran suficientemente nacionalistas en lugar de defender la igualdad y la solidaridad? Y lo mismo para ICV.

-Usted dice ser de izquierdas, pero a Albert Rivera le gustaría que Ciutadans fuera en Bruselas con los liberales de ALDE, donde ya está CDC, y que defienden la consulta.

-Mi origen es el partido socialista, pero estoy harto del fraude. Yo no sé si estaría cómodo o no en ALDE, donde estoy cómodo es en Ciutadans porque luchamos por la igualdad y la solidaridad. Ya veremos si entramos o no en ALDE, pero diremos no a la consulta.

-¿Por qué?

-Por muchas razones además de la legalidad. Yo les pregunto a los independentistas. ¿Y qué pasaría si en el Barcelonès sale que no, o en el Vall d'Aran...? ¿Por qué subsectorializar la soberanía a unos lugares y no a otros? Ellos dicen que es que no están a gusto porque «España nos roba»... ¿Y qué pasa con que CDC tenga la sede embargada y Oriol Pujol esté biimputado por corrupción? Porque cuando le pasa a Jordi Cañas [exdiputado de Ciutadans], que está imputado por un caso fiscal y no de corrupción, este dimite en el acto.

-¿En que puede afectarles la imputación de Cañas y que usted apareciera en los papeles del caso Millet?

-En nada. Está claro que Cañas no ha cometido ningún delito, y el propio fiscal ha pedido el archivo de la causa dos veces. Sobre que apareciera mi nombre en el caso Millet, fue por un dinero que mi padre envió a Suiza cuando ETA lo quiso extorsionar y él se negó a pagar. «Yo no puedo vivir habiendo pagado la bala que matará al que no quiso o no pudo pagarla», le dijo al terrorista. Aquel dinero -que lo gestionó el mismo gestor de Millet- yo lo repatrié y lo declaré y se lo expliqué todo al juez cuando comparecí como testigo. Quedó todo aclarado.