RELEVO INSTITUCIONAL EUROPEO TRAS LAS ELECCIONES DEL 25 DE MAYO

La Europa que viene

Barroso, de la Comisión, Sefcovic, de Relaciones Institucionales, y Reading, de Justicia, en Estrasburgo.

Barroso, de la Comisión, Sefcovic, de Relaciones Institucionales, y Reading, de Justicia, en Estrasburgo.

ELISEO OLIVERAS
BRUSELAS

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Las elecciones europeas del 25 de mayo marcan el inicio de un nuevo ciclo político de cinco años en la Unión Europea (UE), que tendrá como principales retos la recuperación del crecimiento económico, la reducción del paro y la corrección de las graves desigualdades sociales generadas por la política de recortes durante la crisis. La UE también deberá afianzar su papel como potencia internacional autónoma de EEUU, con la prioridad inmediata de resolver pacíficamente la crisis ucraniana.

Las elecciones son el punto de partida de las negociaciones para nombrar no solo al presidente de la Comisión Europea, sino también a quienes sustituirán a Herman Van Rompuy como presidente de la UE y a Catherine Ashton como ministra europea de Asuntos Exteriores. Esos nombramientos determinarán cómo se afrontarán los retos mencionados anteriormente. La Eurocámara, apoyándose en el nuevo Tratado de la UE,  aspira a desempeñar un papel central en la elección del presidente de la Comisión Europea.

JUNCKER FRENTE A SCHULZ / El exprimer ministro luxemburgués y expresidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, por el Partido Popular Europeo (PPE), y el actual presidente del Parlamento Europeo, el alemán Martin Schulz, por el Partido Socialista Europeo (PSE), son los candidatos mejor posicionados para sustituir al conservador portugués José Manuel Durao Barroso al frente de la Comisión Europea.

Los líderes de los Veintiocho mantendrán la primera discusión sobre ese paquete de tres cargos en una cumbre informal el 27 de mayo, para valorar las posibilidades de reparto de los mismos entre las dos familias políticas dominantes en la UE, populares y socialistas, en función de los escaños obtenidos. Pero la decisión no se adoptará hasta la cumbre del 26 y 27 de junio, una vez se conozca la correlación definitiva de fuerzas de los grupos parlamentarios y en cuáles se han adscrito los pequeños partidos.

El Parlamento Europeo también ha convocado una conferencia de presidentes de grupo el mismo 27 de mayo para marcar territorio y evitar que los Veintiocho comiencen a preparar un pacto sobre la Comisión Europea sin tener en cuenta la opinión de la Eurocámara.

A pesar de que el nuevo Tratado de la UE establece que los Veintiocho deben tener en cuenta el resultado de las elecciones para proponer al candidato a presidir la Comisión Europea (artículo 17, 7), en la práctica los líderes pueden pactar el reparto de los puestos entre populares y socialistas, si se confirman las previsiones de voto, sin tener que proponer al candidato del grupo más votado.

Un pacto entre los líderes de los Veintiocho satisfactorio para populares y socialistas tendría asegurada una cómoda mayoría absoluta (376 votos) en la Eurocámara para nombrar al presidente de la Comisión Europea y de una mayoría simple para ratificar posteriormente a la nueva Comisión Europea, con el nuevo responsable de la diplomacia europea como vicepresidente de la misma.

Una de las posibilidades del pacto es que Juncker se convierta en el nuevo presidente de la UE en sustitución de Van Rompuy si los socialistas ganan las elecciones, según fuentes diplomáticas, aunque Juncker niegue que ese sea su verdadero objetivo. Otros candidatos en la sombra para sustituir a Van Rompuy son los primeros ministros de Irlanda, Enda Kenny, y de Finlandia, Jyrki Katainen, ambos miembros del PPE. La incorporación de Lituania al euro el 1 de enero elimina el obstáculo a que su presidenta, Dalia Grybauskaite, pueda también aspirar a ese cargo.

Los aspirantes declarados a sustituir a Ashton son: los ministros de Asuntos Exteriores de Polonia, Radoslaw Sikorski (conservador), de Holanda, Frans Timmermans (laborista), y de Eslovaquia, Miroslav Lajcak (antiguo comunista ahora independiente). Sin embargo, la dinámica de componendas europea podría también catapultar para el puesto a Schulz, si queda excluido de la presidencia de la Comisión Europea.

SIN LIBERALES / El presidente de la UE (formalmente presidente del Consejo de Europeo) es elegido exclusivamente por los líderes de los Veintiocho sin intervención de la Eurocámara. La elección por parte de los Veintiocho del presidente de la UE, del ministro europeo de Exteriores y del candidato a presidente de la Comisión Europea se realiza por mayoría cualificada.

Por ello, dado el escaso peso que tienen los liberales en los gobiernos europeos, este grupo político queda en principio excluido del reparto de grandes cargos, a menos que sea necesario comprar su apoyo.

La última estimación de voto da una ligera victoria a los populares con 213 escaños de los 751 de la Eurocámara, el 28,36% del total, aunque esta victoria implica un retroceso respecto ahora en que controlan el 35,8%. Los analistas estiman que la crisis de Ucrania y las amenazas de Rusia están favoreciendo a los conservadores.

Los socialistas se mantienen muy cerca con 209 escaños (27,83%) y un ligero avance de 2,3 puntos respecto a su situación actual. Le siguen: los liberales, 61 escaños (8,12%); izquierda europea, 49 escaños (6,52%); verdes, 42 escaños (5,06%); conservadores euroescépticos de ECR, 38 escaños (5,06%); antieuropeístas de EFD, 32 escaños (4,26%); y el resto de fuerzas populistas y extremistas, 107 escaños (14,15%).

La campaña electoral a nivel europeo se ha visto algo animada después de que Schulz acusara a Juncker de copiarle sus planteamientos socialdemócratas con discursos que están muy alejados de las posiciones muy conservadoras que figuran en realidad en el programa electoral del PPE. «Me copia. No es socialista, pero hace como si lo fuese, utilizando una retórica de izquierdas», criticó Schulz el pasado 16 de abril.

El debate central se sitúa en la estrategia económica, entre mantener la actual política de austeridad y ajustes o rectificar hacia una política más expansiva de apoyo al crecimiento y al empleo.

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