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Toti Soler, el mago de la guitarra mediterránea

El prolífico artista publica el disco número 35, 'Twins', en el que vuelve a reivindicar al añorado Ovidi Montllor con la colaboración de Gemma Humet

Núria Martorell

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Es el guitarrista Mediterráneo por excelencia, aunque a veces se sumerja en otras sonoridades. "El único título que tengo es el de submarinista", explica, entre risas, Toti Soler (Vilassar de Dalt, 1949). El flamenco, relata, lo descubrió  en Sevilla, con 19 años. ¿El resultado? Pues títulos como 'Sardana flamenca', "que no es sardana ni flamenca", aclara (en el álbum, 'El gat blanc'); 'Bulería de Menorca' (en 'El cant monjo'), o 'Soleá del Maresme' ('Supernova'). Tras cada viaje o estancia, después de cada aventura (también extramusical), las cuerdas de su guitarra han ido sonado más sabias.

"Estuve una temporada en la India y grabé discos más tranquilos, meditativos. Me quedé, de nuevo, con la esencia. Uno se va construyendo poco a poco y va sintetizando lo aprendido hasta dar con su propio lenguaje", observa este compositor e instrumentista que nunca sale al escenario sin haber calentado los dedos (y la mente) tocando a su admirado Bach.

MÁS DE 50 AÑOS DE CARRERA

Toti Soler es un abuelo (orgulloso). "Som el Marc i el Pol, som el Pol i el Marc", cantan –"en un divertido coro", describe– sus dos nietos gemelos en la pieza que abre el álbum número 35 de su discografía –si se suman los trabajos en los que ha colaborado, la cifra casi se duplica–. "'Twins' es la pieza más reciente", comenta. Y la que bautiza el flamante compacto, con los dos pequeños ilustrando la tierna portada.

En el álbum no faltan guiños a los poetas (y al flamenco): el título de 'Enyoraré l’enyor' (con sus reminiscencias de seguidiya) lo tomó prestado a Pere Quart, y del sabadellense es la letra de 'Idil·li', pieza que data de 1986 y que en esta ocasión canta Anna Ferrer.

"Cuando murió el poeta, la Universitat d’Estiu le pidió a Ovidi Montllor que hiciera un recital sobre su figura y esta fue una de las piezas que interpretamos", recuerda. Y no es la única que le sirve para reivindicar al añorado amigo. De Ovidi son también la contundente letra y la música del tema que cierra el álbum, 'Perquè vull', cantada, magistralmente, por Gemma Humet. "Su voz es una delicia", subraya el músico. 

Esta pasión por la música y por la poesía se la debe a sus antepasados. "Mi bisabuelo, Jaume Bachs, fue un barítono que recorrió medio mundo. Se hacía llamar Angelo Angioletti para salir el primero en el orden alfabético. Mi padre tocaba el violonchelo, fue médico del Hospital Clínic e inventó los primeros encefalogramas en España. Él me introdujo en la poesía, me descubrió a Vergés, Vinyoli... Yo practicaba con la guitarra y él me dejaba poemas en el atril".

LA PROSTITUCIÓN DEL ARTE

Toti es muy crítico con la situación actual de su gremio. "Tenemos un problema cultural muy grave. Los músicos de mi generación no encajamos, ¡no existimos! La gente solo escucha música comercial masticada y americanizada. A artistas que forman parte del negocio, no del arte.Queremos construir un país y nos olvidamos de que un país sin cultura no es nada. Ovidi ya pronosticó que pasaría esto. ¡Cómo añoro la época en que él presentaba el disco de Papasseit y estaba ¡dos semanas en el Poliorama! En los 80 empezó la debacle", constata.

Y recuerda: "Nuestra cultura natural es la mediterránea, no la del chumba-chumba". "Si sigo en activo, es gracias a los seguidores. Pero es mera supervivencia".