Vuelva tras las elecciones

En el barrio de Sarrià, cerca de la Ronda de Dalt, medio escondido, está el pasaje de Torras i Bages. Es un callejón sin salida, de unos 30 metros. Javier Marqués, administrativo, vive cerca y alertaba en una carta a Entre Todos de su mal estado. Efectivamente, el pavimento está plagado de baches, la acera es literalmente ondulada y los postes eléctricos de madera están inclinados y se mueven con el viento. "Mientras se hacen inversiones millonarias en la Diagonal, las Glòries, el Paral·lel o el paseo de Sant Joan, no hay dinero para quienes no tenemos la suerte de vivir en calles céntricas o aquellas que atraen el turismo", se queja Javier.

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El departamento de prensa del Ayuntamiento pasa, sin embargo, la pelota a los vecinos: tenían que ser ellos los que priorizaran la reurbanización de la calle en el consejo de barrio celebrado a principio del mandato, en el que se debatió el plan de actuación del distrito 2012-2015. Allí se aprobaron "consensuadamente" las obras a realizar durante este periodo. La mejora urbanística del pasaje de Torras i Bages "no se puso sobre la mesa; por tanto, no hay ninguna dotación prevista" para ello, argumenta el Ayuntamiento. Además, pide a los afectados que participen en el próximo consejo de barrio de Sarrià; así la mejora de la calle "podrá ser perfectamente una obra a realizar en el próximo mandato". Es decir: vuelva usted después de las elecciones. «Si se consensúa y se prioriza, en todo caso».

Javier admite que no participó en el consejo de barrio, cierto. Pero recuerda que tanto él como otros vecinos han denunciado repetidamente el "peligroso y lamentable" estado del pasaje a través del buzón de quejas de la web del ayuntamiento. Y que recibieron respuestas contradictorias. El 14 de septiembre del 2013 se les decía: "se procederá a su reparación; no obstante, no podemos precisar el plazo de ejecución". Pero a otra de las quejas, con fecha posterior (7 de julio del 2014), se les contestó que no había prevista ninguna actuación. En todo caso, nadie les habló entonces del consejo de barrio. "Parece que pagamos impuestos para que solo se arreglen las zonas turísticas", concluye.