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«Todo el mundo lleva un artista en su interior»

Médico, pintor y director del Institut Barcelonès d'Art. La receta de Antoni Serés para sentirse artista se basa en la emoción y la pasión

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«Todo el mundo lleva un artista en su interior»_MEDIA_1 / JULIO CARBÓ

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Gemma Tramullas
Gemma Tramullas

Periodista

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Muchos de los alumnos del Institut Barcelonès d'Art no habían tocado un pincel en su vida aunque viendo las obras que son capaces de hacer nadie lo diría. Antoni Serés, médico y artista de vocación universal, dirige y enseña en este nuevo centro, un brazo del Reial Cercle Artístic dedicado a la docencia y a la investigación en el campo del arte. La inauguración oficial será este jueves, a las 20.00 horas, en la calle de Casanova, 117.

-¿Cómo combina la medicina y el arte? De las siete de la mañana a las tres de la tarde hago de médico y el resto del día, hasta las diez, las once o incluso las doce de la noche, hago arte. Pero más bien diría que, tanto por las mañanas como por las tardes, hago de todo.

-Muchos médicos se interesan por el arte. La medicina te acerca mucho a la miseria humana. En un oficio en el que tratas con las desgracias de las personas, te sientes un poco cojo a nivel espiritual y yo, por lo menos, esa parte la encuentro en el arte.

-Usted empezó a pintar de niño. Mi padre era payés y comerciante de fruta en Alpicat, cerca de Lleida. Me crié entre frutas y patas de caballos, pero en casa tenían el convencimiento de que debía tener una formación artística y me apuntaron a dibujo con el mejor profesor de Lleida, el señor Tamarit.

-Pero decidió estudiar Medicina. Soy un médico vocacional. Estudié urología con el doctor Puigvert, que era tío-bisabuelo mío, y tengo mi propia clínica. Soy un médico vocacional. Me reciclé para poder hacer medicina general y también tengo estudios de Psicología. Hace dos años me licencié en Bellas Artes e investigo sobre la relación entre el uso del color y la emoción y la aplicación de la técnica de esferificación de Ferran Adrià en la pintura.

-¡Su vocación es el conocimiento! Estoy próximo al pensamiento humanista y abierto a todo posible conocimiento.

-¿Cómo le influye eso cuando pasa visita? Me intereso mucho más por el entorno del paciente: cómo es su casa, su vida, su círculo social y laboral, su situación psíquica y espiritual… No hay casi ningún tratamiento médico que sea cien por cien efectivo. ¿Eso que quiere decir? Que nos estamos dejando algo básico y este algo es el entorno. Tengo una visión universal de la persona y en el arte tiene que pasar lo mismo.

-Por eso en el Institut Barcelonès d'Art, además de la técnica, enseña el contexto político, social y económico de las obras. La idea es entender mejor el arte que sale de una época. En el curso 'Panorama d'art' he dividido la historia de la humanidad en tres partes y de cada parte hacemos un estudio. Lo que me interesa no son los datos, sino las sensaciones que tiene la persona mientras estudia.

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-¿Podría poner un ejemplo? Si en una novela usted lee la frase «iba caminando por una calle húmeda y oscura rodeada de niebla...», ¿verdad que le viene una imagen a la cabeza? Eso es lo que me interesa, lo que percibe el alumno cuando estudia, por ejemplo, el hombre de las cavernas. A partir de la imagen que cada uno se ha hecho se diseña un proceso creativo y se acaba haciendo una obra. Mi idea es que este proceso pueda ser emocionante e incluso apasionante para poder sacar al artista que todo el mundo lleva en su interior.

-¡Uy! Hay unos cuantos que somos negados para el dibujo. Es mucho más difícil conducir un coche que dibujar, porque hay muchas más variables. El dibujo es un acto intelectual y si sabes mirar, sabes dibujar. Luego el toque artístico es otra cosa. Siempre digo que, si te emocionas, puedes aprender y, si te apasionas, puedes crear. Uno puede llegar a ser muy bueno en su oficio pero si no le pone pasión nunca será especial.