Relaciones familiares

«Somos una familia asamblearia»

Las estructuras familiares han cambiado, y con ellas la relación de autoridad entre padres e hijos. Los padres son ahora más flexibles, escuchan más a sus hijos y les dejan participar más en las decisiones. Tanto es así, que en muchos casos los menores han conseguido cambiar e introducir nuevos hábitos, valores y costumbres entre los adultos.

Testimonio del poder de los hijos en la toma de decisiones en la familia / JOAN PUIG

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I. S. H.
BARCELONA

No es habitual oír decir algo así a una chica de 17 años, pero Cristina Costa -estudiante, aspirante a periodista-, lo declara con todas las letras, para que quede constancia:«Algunos amigos me dicen que les gustaría tener unos padres como los míos».

Los envidiados progenitores de Cristina son los barceloneses Mercè Siles, de 50 años, e Isidre Costa, de 58, padres de Cristina, Miquel (14) y Àlex (11). ¿La causa de la admiración?«En casa se habla de todo y muchas decisiones son compartidas»,dice Mercè. En algunos temas (no todos; límites, siempre los hay, tiene que haberlos),«somos una familia asamblearia. Las vacaciones, por ejemplo, se deciden entre todos», describe Mercè.

Los padres de Cristina, Miquel y Àlex pertenecen a una generación en la que la autoridad de los padres estaba por encima de todo y raramente se ponía en cuestión. Por eso, aquellos padres, hoy convertidos en abuelos, a veces se extrañan de oír a sus propios hijos consultar, pactar, negociar ciertas cosas con sus nietos.«Mi madre-dice Mercè¿no puede entender, por ejemplo, que permita a mi hija ir a dormir a casa de una amiga¿ Yo cuando era joven tenía que estar en casa a las nueve de la noche».

La figura delpater familias se ha diluido y se abre paso, sobre todo cuando los hijos alcanzan la adolescencia, a una suerte de democracia participativa, eso sí, conprimus inter pares. Muchos padres de ahora son más flexibles, escuchan más a sus hijos, les dejan participar y les invitan a hacerlo. No en todos los temas, claro, y casi siempre en asuntos que a los adultos no les parecen muy trascendentes, pero que sí tienen importancia para los menores. Las vacaciones como ejemplo.«Mi madre propone dos o tres destinos, y el más votado gana», dice Cristina, que considera que sus opiniones y propuestas, siempre y cuando sean coherentes, se tienen en cuenta.

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Hay cosas en las que los hijos llevan la voz cantante, como el márketing hace tiempo que se percató. En este hogar, es la tecnología el feudo que administran Cristina y Miquel.

«No es una imposición, crecen y te das cuenta de que tienen ciertas necesidades y que a veces son herramientas imprescindibles para sus estudios y su formación», explica Mercè, que de vivir de espaldas a internet ahora confiesa que no puede vivir sin la red. El siguiente objetivo de la cruzada 2.0 de Cristina y Miquel es claro: teléfonos inteligentes. Visto así, alguien podría concluir que los niños mandan en casa.«No creo que mis hijos se me suban a las barbas», dice Mercè. Quizá es que los padres, y con ellos las familias, han cambiado.