"Tramitar la nacionalidad se ha convertido en un negocio"

Marianela Sandovares, argentina de 31 años afincada en Sentmenat, denuncia el caos burocrático que hay que superar para ser español

La lectora Marianela Sandovares envió una carta en la que se quejaba de que el certificado para ser español es un trámite caro. Si tú también tienes una denuncia o una historia que compartir, envíanosla.

Marianela Sandovares.

Marianela Sandovares.

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GEMMA VARELA / BARCELONA

Una fecha marcada a fuego después de tres años de espera desde que le habían dado la cita (“El 21 de octubre del 2015 seré española”); todo preparado para no fastidiarla ("Sabía lo que pasó en España en 1561, 1707 y 1931; conocía las obras de Lope de Vega y de El Greco, y el funcionamiento de la cámara alta y la cámara baja"); la documentación en orden (tres años de papeleos), y las tasas pagadas (140 euros, que no es poco dinero para quien mucho trabaja para conseguirlo). Marianela Sandovares, una joven argentina de 31 años afincada en Sentmenat, lo tenía todo preparado para lograr la nacionalidad excepto lo que no estaba en su mano: el jaleo burocrático en el que miles de solicitantes como ella se han visto atrapados.

“En el registro ni siquiera me aceptaron la documentación”, explica Marianela, que añade: "Conseguir la nacionalidad poco tiene que ver con la adaptación, los sentimientos o los derechos. Conseguir la nacionalidad se ha convertido en un verdadero negocio". El caos administrativo a ella le supondrá gastarse 275 euros más y esperar hasta abril para empezar a tramitar el DNI.

Colapso en el registro

Marianela  llegó a Catalunya hace diez años por amor y hace tres pidió cita en el colapsado registro civil de Sabadell para conseguir la nacionalidad. Tan preparada estaba que ya había quedado con sus amigas para "salir por ahí para celebrarlo" con sus amigas. Sabía que el Gobierno había modificado la legislación y ahora se debe pagar 185 euros para presentarse al examen de conocimientos socioculturales de España -indispensable para lograr la nacionalidad- pero pensó que a ella no le afectaría, dado que había pedido cita en el 2012. En cambio, al llegar registro ni siquiera le aceptaron su documentación y le dijeron que debía inscribirse por internet para realizar el examen según la nueva normativa. "Pensé que lo solucionaría en un mes, pero no me dieron fecha para la prueba hasta abril del 2016". 

 

Además, en este laberinto burocrático hay otra vuelta de tuerca, la documentación que hay que presentar caduca a los tres meses, así que Marianela tendrá que volver a pagar por el certificado de antecedentes penales. "Al menos podrían marcarla con un sello de entrada, para no tener que volver a tramitarla", reclama. 

 

"Yo quiero ser española para poder votar, porqué mi hijo- de ocho años- nació aquí y porque me siento argentina y española, pero estas trabas burocráticas te echan para atrás", explica Marianela. Logopeda de formación, trabaja de recepcionista en una residencia de ancianos, aunque para sus amigas se ha convertido en 'la profe'. "Algunos fines de semana, nos reunimos para preparar el examen de cultura y ahora es un reto personal conseguir que todas aprobemos", cuenta con ímpetu, tras remarcar que piensa que hay otras maneras de demostrar que se está integrado en la sociedad. 

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"Con los trámites para lograr la nacionalidad, lo único que el Gobierno demuestra es lo poco que le importa un grupo vulnerable de la sociedad", sentencia, irritada.

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