José Antonio Lavado: "Si tu empresa es responsable a la larga te irá mejor"

A través de su consultora, Bidea, José Antonio Lavado (Basauri, 1960) ayuda a las empresas a implantar sistemas de trabajo justos con los empleados y sensibles con el medioambiente. Con eQuàliment, su otro proyecto, ha logrado hacer más eficiente la gestión de los alimentos solidarios. Su programa de talleres en asociaciones empresariales persigue introducir la ética en el mundo de los negocios. El presidente de la Associació Catalana per al Foment de l’Economia del Bé Comú se ha propuesto que el tejido empresarial, aparte de generar riqueza, también dé a luz «una sociedad más equitativa y sostenible».

–¿Corren buenos tiempos para la famosa Responsabilidad Social Corporativa (RSC)? Hace 15 años tenía que explicar el concepto. Ahora son las empresas las que me llaman pidiendo planes estratégicos que les permitan cuidar el medioambiente y fórmulas para desarrollar estructuras éticas dentro de la organización. También solicitan talleres para que los empleados interioricen estos criterios. Últimamente trabajamos mucho la gestión de la confianza.

–¿Qué es eso? Imagine que va a montar una cementera. Antiguamente lo habría hecho sin preocuparse de nada que no fuera su beneficio económico. Hoy, en cambio, le conviene tener contentos a los vecinos que viven cerca de su fábrica y a la administración local que le dará los permisos para operar. Se trata de ganar su confianza escuchando sus intereses y teniéndolos en cuenta a la hora de trabajar.

–Las empresas no son oenegés, persiguen beneficios económicos. ¿Qué ganan implantando esos criterios? Ventajas competitivas: la responsabilidad y la sostenibilidad te permiten diferenciarte. En el mundo empresarial se imita todo, desde los productos que se fabrican a los sistemas de trabajo que se utilizan, pero la confianza no se puede copiar, o la tienes o no la tienes. Me refiero a la confianza de tus empleados, de tus proveedores y de tus clientes, pero también de la gente que vive donde operas. La compañía que solo persigue el beneficio económico se arriesga a desaparecer. Si tu empresa es responsable, a la larga te irá mejor. 

–Hay quien sostiene que la RSC se ha convertido en una etiqueta vacía de contenido. Esto fue así hace años por el mal uso que algunas multinacionales hicieron de este concepto. Recuerdo un chiste de Forges en el que salía un alto ejecutivo diciéndole a un ayudante: «Me han contado que ahora se valora mucho la honestidad, baja a la tienda y cómprame un kilo». La responsabilidad social no es eso, es algo que previamente has de creerte. Por eso es importante introducir la ética en la toma de decisión de las empresas. Curiosamente, las pymes lo están entendiendo mejor.

–¿Ah sí? Desde hace varios años desarrollamos un programa de buenas prácticas con asociaciones empresariales catalanas y al final de cada curso conseguimos que 25 pymes incorporen a sus sistemas de trabajo distintos planes de responsabilidad social. Hay mucha verdad en esas pequeñas compañías. Han interiorizado que el beneficio económico no lo es todo en la gestión empresarial.

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–¿Qué es la economía del bien común? Un sistema impulsado por el economista austriaco Christian Felber que afirma que no es necesario cambiar el modelo capitalista, sino modificar los criterios de éxito que imperan en él. Se trata de que las empresas y organizaciones que aporten más al bien común, tenga más ventajas de cara a la Administración y a los consumidores. 

–¿Por qué se unió a este movimiento? Porque suponía subir un gran peldaño en el objetivo que perseguimos algunos: poner la economía al servicio de las personas, no al revés. Ahora se trata de que cada vez haya más empresas operando bajo este criterio.