GENTE CORRIENTE

Joe Dispenza: «Las mujeres CEO saben considerar la globalidad»

Sus talleres y libros son vías directas a nuestro mayor empoderamiento: el `si quieres, puedes¿. La clave está en la mente.

zentauroepp40690822 barcelona 26 10 2017 contra entrevista a joe dispenza   foto171101170326

zentauroepp40690822 barcelona 26 10 2017 contra entrevista a joe dispenza foto171101170326 / ELISENDA PONS

3
Se lee en minutos
Carme Escales
Carme Escales

Periodista

ver +

La bioquímica y la quiropráctica guiaban el camino estudiantil de este estadounidense hijo de inmigrantes italianos, cuando un camión se cruzó en su vida. Joe Dispenza (Elisabeth, Nueva Jersey, 1962) corría un triatlón en California cuando lo atropelló un camión. Diagnóstico: seis vértebras rotas y fragmentos de hueso incrustados en su médula. Tenía 23 años. En la cama, una feroz lucha interna contra la silla de ruedas que se apoderaba de su mente cada vez que se despistaba le procuró fuerza para blindarse ante lo peor. Y así hizo que lo mejor llegara.

 

–¿Cómo se blindó?

–Fui en busca de mi inteligencia interior, la que hace que mi corazón lata, la que organiza las funciones de cada órgano. No podía sanarme sin conectar con ella. Diseñé mi plan. Me visualicé reconstruyendo mi columna. Fueron semanas muy duras, pues en una crisis siempre tiendes a centrarte en lo que no quieres. Yo me veía en la silla de ruedas. Me enfadaba y frustraba, y empeoraba.

 

–¿Qué le decían los médicos?

–Cuatro de los mejores cirujanos de California dijeron que tenía que pasar por el quirófano. Yo no quise. Trabajé solo en mi cama.

 

–¿Cuándo empezó a mejorar?

–Cuando decidí que no dejaría pasar ningún pensamiento que yo no eligiera conscientemente. Y el dolor empezó a bajar, y el cuerpo, a responder. Era como haberle dado a la bola en el punto exacto. Hice un trato conmigo mismo: si volvía a caminar, gastaría el resto de mi vida estudiando la conexión cuerpo–mente. Desde el 86 me he interesado por las remisiones espontáneas y la gente que ha hecho lo mismo que yo. 

 

–¿Qué explica su propia curación?

–Si les das a las personas información científica seria y la pueden entender, las empoderas. El conocimiento es el poder, y la ciencia es el idioma contemporáneo.

 

–¿Y la fe qué es?

–Yo pienso que la fe es creer en el pensamiento más que en otra cosa. No solo hay que tener fe, además hay que dominar la técnica para ser capaces de ir más allá de las propias limitaciones y pensamientos más preestablecidos, y de las emociones que nos mantienen en el pasado.

 

–¿El estrés cómo lo define?

–Es la razón por la que las personas siguen siendo las mismas. La respuesta al estrés es lo que el cuerpo hace de forma innata para volver al orden. El estrés puede ser físico (un trauma...), químico (bacterias...) o emocional (separaciones, hipotecas...). Y no es la forma en la que reaccionamos, sino cuánto tiempo lo hacemos. Estamos diseñados para el estrés a corto plazo, el problema es a largo plazo. En el estrés no hay lugar para ser creativo. No se puede vivir en una situación de emergencia continua, porque las hormonas del estrés presionan los botones de las enfermedades.

 

–Si en sus cursos [del 10 al 12 de noviembre en Sitges y en enero en Port Aventura; www.drjoedispenza.com] enseña cómo curarse uno mismo, médicos y farmacéuticos no deben ser sus amigos. 

–Si las farmacéuticas pudiesen generar la cantidad de respuesta inmunológica que podemos crear nosotros mismos, serían mucho más ricas. Nuestro sistema nervioso es la farmacia más grande del mundo.

 

–¿Aprueba la ciencia sus resultados?

–Hemos hecho estudios científicos con más de 9.000 escáneres cerebrales de asistentes a los cursos. Escaneamos, antes y después, los cambios se ven en el cerebro.

 

Noticias relacionadas

–¿Y las diferencias entre hombres y mujeres se pueden ver también en el cerebro?

–Sí, y explican muy bien el sistema multitarea de las mujeres y el lineal de los hombres. Por eso debería haber más mujeres en política, porque las mujeres CEO saben cómo considerar la globalidad.