CHEQUEO A LOS SERVICIOS HOSPITALARIOS

Historias de urgencias

Las restricciones de camas y personal causadas por los recortes rompen el equilibrio de los centros

El cierre de plantas propio del verano sobrepasa la saturación en algunos hospitales de Catalunya

VALL D’HEBRON. Sala de distribución de los enfermos en el servicio deurgencias del hospital, ayer.

VALL D’HEBRON. Sala de distribución de los enfermos en el servicio deurgencias del hospital, ayer.

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ÀNGELS GALLARDO
BARCELONA

Los graves recortes presupuestarios impuestos por la Generalitat desde el 2012 en el sistema sanitario público de Catalunya, y la reducción de personal, camas de hospitalización y recursos que implican, han destrozado el equilibrio inestable que mantenían los vasos comunicantes que estructuran los hospitales, y ha empeorado la atención en el eslabón más imprevisible: los servicios de urgencias. Del millón aproximado de pacientes que atienden cada año las urgencias de los 64 hospitales catalanes, algo más del 10% requieren quedar hospitalizados. Esos enfermos siempre se encuentran en una situación crítica que, aunque sea temporal, es difícil soportar en un box de emergencias diseñado para permanecer en él un máximo de ocho horas. La aplicación del plan de cierre de plantas que los hospitales emprenden cada verano, de julio a septiembre -habrá 2.900 camas menos en agosto-, ha roto este año los ajustados límites en que actúan algunos centros, y ha desencadenado una crisis asistencial en el Hospital de Bellvitge, donde algunos enfermos, informados por quienes les atienden, se resisten de forma recurrente a dejar las camas candidatas a cierre estival. La inusual gran afluencia de pacientes registrada en las urgencias de este hospital el pasado martes -algo que debería ser absorbido sin más en Bellvitge- volvió a desbordar su capacidad y en la mañana de ayer seguían en las camillas de los pasillos 31 enfermos pendientes de una cama libre en las plantas. La dirección del hospital -que ayer mismo anunció la vuelta a la normalidad- prosiguió su plan de cierres de camas justificado en la «habitual menor actividad de todos los veranos», según dijo hace pocos días Josep Maria Padrosa, director del Servei Català de la Salut (CatSalut).

En el Hospital Germans Trias i Pujol (Can Ruti), perteneciente al Institut Català de la Salut (ICS) como los anteriores, la clausura estival de camas es motivo de quejas por parte de médicos y enfermería. En el Hospital del Vall d'Hebron, donde la denuncia de la precariedad de las urgencias motivó la semana la destitución del jefe de esa área, la saturación, atribuida por los sanitarios a la falta de camas en las plantas, se produce de forma recurrente. Tres pacientes dan cuenta a continuación de las consecuencias de esta crisis.