«Podemos volver o no, no lo sabemos»

Anna Villa y Esteban Folquer han dedicido dejarlo todo y lanzarse con sus hijos a un viaje de 8 años por América y el Sudeste asiático. Vivirán para viajar y aprender

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«Podemos volver o no, no lo sabemos»_MEDIA_2 / RICARD FADRIQUE

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Mauricio Bernal
Mauricio Bernal

Periodista

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En casa de Anna Villa y Esteban Folquer, en Lliçà d'Amunt, hay un corcho donde están consignadas las tareas pendientes: vender los coches, ir al dentista, dejar a toda la familia provista de Skype. Hacer testamento. El tipo de medidas que anteceden a un gran acontecimiento. Anna y Esteban se marchan en septiembre en compañía de sus dos hijos para un viaje de 8 años que en la práctica supone dar un vuelco a su vida. Vivirán viajando, primero por América -del sur, central, del norte- y luego por el Sudeste asiático. A las puertas del gran cambio, la familia Janima habla del por qué y del cómo. De la ilusión.

-¿Janima?

-Es un acrónimo de los nombres de nuestros hijos, Jan, Nil y Max. Nil tiene 6 años, Max, este pequeñín, tendrá para entonces un año y medio, y Jan, bueno: Jan es el hijo que llevamos en el corazón. Anna se puso de parto a las 22 semanas de embarazo y Jan, como era tan pequeñito, murió. Jan, Nil y Max. Janima. Nuestro nombre de familia viajera.

-Explíquenme, ¿por qué lo hacen? ¿De dónde salió la decisión?

-Pues porque aquí nos faltan alicientes. Por la rutina. Porque vida no hay sino una. Hace tres años, un día, Esteban me dijo: «No puedo más». Y yo: «Dime qué te pasa, qué necesitas». Y él: «Salir de aquí, ver cosas nuevas, conocer otra gente». Así fue. Así empezó todo.

-Se van con dos niños. Para muchos sería impensable.

-Nos lo dicen mucho: «Qué vais a hacer con vuestros hijos». Mire, a Nil ya lo llevamos a una escuela un poco alternativa, porque el sistema educativo no nos acaba de gustar, y cuando estemos por el mundo, el mundo será su escuela. No será una formación académica, será otra formación, pero igual de válida. Aprenderá, que es lo importante.

-Me llama la atención esa cifra precisa. Ocho años.

-Es por Nil, también. Ahora tiene 6 años y lo más importante para él es la familia, pero dentro de 8 tendrá 14, y a esa edad es importante tener un grupo de amigos, el instituto, una estabilidad. Pero ya veremos. Podemos volver o no, no sabemos. Igual nos enamoramos de un país y nos quedamos ahí. Un viaje así no sabes dónde puede terminar. Depende de la gente que conozcamos, y de a dónde nos lleve esa gente.

-¿Cómo van a financiar todo esto?

-Ahora mismo calculamos que tenemos dinero para 10 meses. La idea es trabajar, claro, nos consideramos personas polivalentes. Anna es pedagoga y yo soy emprendedor y comercial; podemos hacer muchas cosas. Creemos que nos bastarán 400 o 500 euros al mes. Para empezar, vamos a hacer dos webs, una del viaje propiamente y una que va a llevar Anna, de maternidad.

-¿De maternidad?

-Sí, de cómo se vive la maternidad en otros lugares del mundo. Yo... Yo es que estoy en una especie de transición. Quiero aprender y convertirme en doula de duelo.

-Ah. Entiendo. Cuéntenme, ¿dónde van a ir primero?

-Pues hasta hace pocos días nuestro primer destino iba a ser Cuzco, en Perú, pero acaba de aparecer una persona que se ofrece a dejarnos una casa en el Amazonas ecuatoriano. Así que estamos viendo.

-¿Y los desplazamientos? ¿Cómo se van a mover?

-La idea es comprar una furgoneta y acondicionarla. Así, cuando no tengamos dónde dormir, dormiremos en la 'furgo'.

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-Hablemos en términos generales. El objetivo del viaje es…

-El conocimiento. Es un viaje para conocer. Para conocer personas, culturas y otras maneras de vivir. Creemos que es el momento de hacerlo. No queremos tener 60 años y arrepentirnos de no haberlo hecho.