Donde la acera se estrecha

Vecinos del barrio de Vallcarca lamentan que las aceras de un tramo de una de sus calles, de visibilidad reducida, tienen una anchura insuficiente

El lector Josep Viver escribió una carta a ENTRE TODOS en la que denunciaba el riesgo que supone para los peatones circular por el número 24 de la calle Farigola.

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mg 2902-copia / CESAR CID

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GERARD OLIVER / BARCELONA

En el número 24 de la calle Figuerola, en el barrio de Vallcarca, en el distrito de Gràcia, se encuentra una de las fincas ‘okupadas’ de la zona. Unos jóvenes entraron en la propiedad, parcialmente derruida, hace dos años. Los muros que rodean  la vivienda están repletos de consignas contra la especulación urbanística – “Núñez fuera del barrio!”, reza un grafiti-  a las que  hace tiempo se ha añadido otra pintada de protesta. Pero esta es una denuncia diferente: “Abrid la acera”, puede leerse en grandes letras blancas. Esa es la demanda de los vecinos, preocupados hace años por la anchura insuficiente de las aceras en ambos márgenes de la calle.

Josep Viver, técnico medioambiental de 65 años, es uno de ellos. Denuncia la peligrosidad del tramo, pues la estrechez de las aceras coincide con una curva de visibilidad  reducida. “Un carrito de niño pequeño, por ejemplo,  no cabe por ahí, así que no queda otro remedio que bajar a la calzada sin ver los coches que vienen de cara”, explica.  No se trata de una zona poco transitada, todo lo contrario, ese camino lo recorren cada día decenas de niños, pues es un lugar de paso hacia la escuela de la zona, La Farigola, que se encuentra a pocos metros de allí. “Tantos niños pasando por un lugar como éste es una llamada constante al peligro”, denuncia.

Josep asegura que el Ayuntamiento de Barcelona no les ha dado ninguna solución en los años que llevan protestando. “Hace cerca de tres décadas que la calle está igual”, recuerda. En el pasado, el número 24 era el taller de un chapista. Tras su abandono y demolición, hace tres años, el solar  fue ‘okupado’ por unos jóvenes. Y el ayuntamiento, afirma, continúa sin llevar a cabo ninguna remodelación para solucionar el problema de las aceras.

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Fuentes del consistorio informan que tienen conocimiento de la situación, y aseguran que están trabajando en ello. "La calle Farigola a la altura del número 24 está inmersa en un proceso de renovación urbanística, aún en fase de estudio. Cuando se realice, no hay duda de que las aceras serán ampliadas", afirman.

Para Josep se trata de una remodelación de gran urgencia, pero no es optimista. Solo espera que no suceda ningún atropello ni desgracia. Tal vez, entonces  “se darían prisa en solucionarlo”, zanja.