PUENTE DE MALAFOGASSA

El círculo de silencio

Cuando la riera baja caudalosa, el arco mayor del puente de 1498 y su reflejo en el agua crean un espejismo de montaña hermoso e hipnótico, todo lo que buscaba Jordi Riera

El puente de Malafogassa, encima de la riera casi seca.

El puente de Malafogassa, encima de la riera casi seca. / JOAN CORTADELLAS

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EROS LÓPEZ

Pocos lugares se pueden encontrar en que sea posible desconectar por completo, en los que el móvil sea un trasto sin señal. Malafogassa y sus alrededores, adscritos al extenso municipio de Vilanova de Sau, es uno de ellos, pues la cobertura se pierde en medio de la vegetación que envuelve la zona y solo es posible recuperarla en el bar-restaurante del cámping El Pont, situado a 300 metros de la masía que da nombre a la zona y de su insigne puente. Aquí se respira tranquilidad, paz. Eso es precisamente lo que buscaba Jordi Riera, aficionado al excursionismo, cuando decidió visitar el paraje junto a un amigo. Su llegada fue de esas para contar: ambos estuvieron cinco minutos sin hablar, sobraban las palabras ante tanta belleza natural, ese puente, esa riera, tanto verde allí donde miraban.

Es cierto que en Malafagossa da reparo romper el silencio. Lo intenta a ratos la cantinela melódica de un pájaro que busca sin éxito un cómplice y, si se le presta atención, puede llegar a oírse el roce de las aguas calmadas de la Riera Major sobre las rocas. Esta riera, que nace en el Montseny, es una de las principales aportaciones hídricas del río Ter en este tramo. De habitual caudalosa, en verano baja sinuosa, sin fuerza, casi seca. A la altura del viaducto se bifurca para perfilar en el centro una pequeña isla de tierra. Desde lo alto del puente, la porción arenosa que queda al descubierto se antoja una flecha que parece señalar la dirección hacia la que debe desplazarse el riachuelo.

Sin embargo, este no es el paisaje que aparece en las fotografías más famosas de Malafogossa, el mismo que cautivó a Jordi Riera aquel momento en que descubrió que, a veces, las palabras huelgan. La imagen más arrebatadora  es la que forman el mayor de los dos arcos que constituyen el puente de Malafogassa, construido en 1498, y su reflejo en aguas más caudalosas que las estivales. Una circunferencia hipnótica en su perfección, un espejismo de montaña, un círculo de silencio.

La belleza del puente no es solo lo que se ve, sino lo que se dice de él. Cuenta la leyenda que el temido bandolero Joan Sala Ferrer, Serrallonga, se reunió una vez con Jaume Melianta, el Fadrí de Sau, a los pies del puente. Aunque se desconocen las causas exactas que motivaron el encuentro hace 400 años, es bien sabido que Melianta fue uno de los bandidos más destacados de la banda de Serrallonga hasta que lo traicionó y que el valle de Sau sirvió de refugio y santuario para los bandoleros durante mucho tiempo.

Hoy, el conjunto de Malafogassa es célebre por la singularidad de sus construcciones en combinación con el encanto de su vegetación verdosa. No hay ni rastro de colillas ni de otros residuos, así lo requiere una placa colocada en una esquina de la masía que insta, con unos versos en catalán, a mantener pulcro el sitio: "Si a Malafogassa vols tornar, ben net l'has de deixar. Si ho deixes brut, seràs un barrut".

Unos metros más abajo del puente anexo, siguiendo el curso fluvial que discurre sin prisa alguna, se halla un cúmulo de rocas dispuestas en línea, normalmente sumergidas en el cauce de la Riera Major, que conecta las dos orillas. Una víbora aprovecha las circunstancias para refrescarse en uno de los pedruscos salientes con medio cuerpo al remojo y se escurre entre ellos en un abrir y cerrar de ojos mientras las truchas de río, de tamaño variado, encuentran cobijo en las aguas tranquilas de la riera. Por supuesto, en silencio.

ACCESOS

C-25 hasta la salida 187 hacia Folgueroles. Seguir las indicaciones hacia el pantano de Sau por la N-141.d y en el kilómetro 12 girar a la derecha a la altura del rótulo hacia el cámping El Pont.

ALOJAMIENTO

El cámping el Pont se encuentra a escasos metros del puente y ofrece diversas actividades a sus clientes. También es posible alojarse en la masía del siglo XV.  De 65 a 110 euros la noche.

INTERÉS TURÍSTICO

El pantano de Sau y la iglesia de Sant Romà de Sau. También hay  senderos para excursionistas muy bien señalizados.

LA TOPONIMIA

El nombre deriva del engaño de incluir rocas en los sacos de las hogazas al venderlas.

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Información turística: http://www.saucollsacabra.cat/

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