Desertores de Asad

Exsoldados sirios que han pasado a la rebelión viven con el temor a que sus familias sufran represalias y denuncian los abusos del Ejército

Desertores sirios durante una protesta contra Asad cerca de Idlib, el domingo.

Desertores sirios durante una protesta contra Asad cerca de Idlib, el domingo.

MARC MARGINEDAS / Sarmada (enviado especial)

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Ahmed apenas tiene algo de lo que ocuparse tras haber desertado, hace cerca de siete meses, de la base del Ejército en la que estaba destinado. Lo hizo a pie, de noche, y tras ser tiroteado por los soldados de guardia, quienes hirieron en uno de sus siete compañeros de fuga. Ahora convive con un puñado de desertores en una habitación de 10 metros cuadrados de la periferia de Sarmada, en el norte de Siria, y con las cabras de los vecinos como compañía.

Ahmed, que rehúsa decir su verdadero nombre porque su familia, a la que no ha visto en un año y medio, aún reside en territorio controlado por el régimen, mata las horas limpiando un kalashnikov y repasando frente al espejo el estado de su pelo engominado. Duerme sobre colchones de segunda mano e intenta olvidar lo visto y oído durante su paso por las Fuerzas Armadas de Bashar el Asad, cuyos altos mandos en su mayoría están copados por miembros de la confesión alauí.

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