GUERRA CIVIL EN ORIENTE PRÓXIMO

La burocracia no salva vidas

La respuesta internacional al drama humano en Siria es lenta, limitada y carente de reflejos

Grupos de sirios rezan durante el segundo aniversario de la revuelta contra el régimen de Asad, este viernes en Alepo.

Grupos de sirios rezan durante el segundo aniversario de la revuelta contra el régimen de Asad, este viernes en Alepo. / periodico

MARC MARGINEDAS / Alepo (enviado especial)

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"La burocracia no salva vidas". Tal frase de denuncia fue pronunciada en un día de la semana que ahora acaba por Nahel, un farmacéutico sirio que intenta proporcionar asistencia médica a los 5.000 sirios que han acampado junto a la frontera turcosiria, entre los que se encuentran heridos de guerra a la espera de poder entrar en el vecino país del norte para recibir tratamiento médico.

Desde que se instaló en el puesto de Bab el Haua, hace ya un mes, Nahel ha mantenido contactos con las principales oenegés internacionales, como Save the Children, y la respuesta, en la mayoría de los casos, ha sido la misma. Los proyectos de actuación humanitaria en Siria requieren planificación y necesitan de la aprobación de los responsables, una respuesta similar a la que están dando las agencias humanitarias dependientes de la ONU --sobre las que pesan estrictos protocolos de actuación-- a la creciente demanda de que actúen de una vez por todas en el norte de Siria. Asegura que los proyectos, cuando los hay, son limitados y entregan lo mínimo. De la quema generalizada, solo salva a Médicos sin Fronteras (MSF), quienes han sido capaces de adentrarse hasta Alepo, la gran ciudad del norte, e incluso ir más lejos.

La respuesta de la comunidad internacional al drama humano generado por la guerra de Siria está siendo lenta y carente de reflejos. Ninguno de los sirios entrevistados por este diario en los últimos días se siente apoyado desde el exterior ni reconoce haber visto o recibido ayuda externa alguna. Así las cosas, incluso personas como Nahel, cuyas maneras y comportamientos revelan un trato frecuente con occidentales, se preguntan, en perfecto inglés, las razones de por qué el mundo les ha abandonado. "Israel, burocracia... Lo único que uno puede intentar adivinar en qué es lo que nos hace diferentes a Mali o a Kenia".