Guerra sin testigos

El aumento de los secuestros alarma al gremio periodístico

Un reportero en una zona de Cisjordania, el año pasado.

Un reportero en una zona de Cisjordania, el año pasado.

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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El 2012 terminó con una escalofriante cifra de periodistas asesinados en el ejercicio de la profesión en todo el mundo. Un total de 88 fueron abatidos y cundió el pánico. Este año termina con menos muertos, 71 hasta ahora, pero lo que ha consternado es el aumento vertiginoso de reporteros secuestrados. El crecimiento es del 129%, para un total de 87, sobre todo en Siria, país en el que ya muy pocos corresponsales de guerra se atreven a estas alturas a ir.

El balance anual de Reporteros sin Fronteras aconseja a los curtidos reporteros en zonas de conflicto abstenerse de entrar en el país que preside Bashar el Asad. No hay carretera segura, no hay acreditación de prensa que garantice la libre circulación y la libre información. El periodista se ha convertido en objetivo, como bien lo sabe y lo sufre Marc Marginedas, el enviado especial de EL PERIÓDICO, desaparecido el pasado 4 de septiembre.

Siria es desde luego el país más peligroso para la profesión periodística ahora mismo, pero también lo son Somalia, Pakistán y Filipinas, según la organización Reporteros sin Fronteras, que precisa en su informe que se ha producido en este 2013 un preocupante incremento de los casos de agresión física, ataques y amenazas: 2.160 en total, un 9% más que en el año anterior.

DESCENSO DE DETENCIONES / Siria es igualmente el país con más asesinatos de reporteros, como es lógico a la vista de la intensidad de los enfrentamientos y los bombardeos. Se han recontado 10 periodistas asesinados y 35 periodistas ciudadanos. Somalia contabiliza siete, los mismos que Pakistán y Filipinas. La India los supera con ocho profesionales muertos en este último año.

Este año ha descendido el número de detenciones de periodistas (826, un 6% menos que en el 2012), blogueros o periodistas ciudadanos (127, 12% menos que el año anterior), pero hay países que se convierten en grandes prisiones para los periodistas, blogueros y activistas que ejercen su derecho a informar con libertad.

China, con 30 periodistas y 70 internautas encarcelados por su trabajo de información, sigue siendo la mayor prisión del mundo para los informadores. Otros 28 periodistas permanecen, sin juicio y en condiciones inhumanas, en las prisiones de Eritrea. Turquía esgrime la lucha antiterrorista contra los periodistas para llevarlos a la cárcel. Aunque ha descendido el número de encarcelados: hay 27 periodistas presos en estos momentos.