El Romney comandante en jefe

El candidato republicano dibuja una política exterior más muscular e intervencionista, pero sin grandes novedades con respecto a la de Obama

En campanya 8 Romney el sábado con un grupo de Boys Scouts en Apopka, Florida.

En campanya 8 Romney el sábado con un grupo de Boys Scouts en Apopka, Florida.

RICARDO MIR DE FRANCIA / Washington

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El mundo es hoy es un lugar más peligroso que hace cuatro años, en parte porqueEEUUha abandonado a sus aliados y ha pretendido liderar desde el asiento de atrás. Esta es al menos la lectura que hizo el lunesMitt Romney en el séptimo discurso que dedica a explicar su política exterior. Siguiendo con el patrón de su campaña, hubo mucha retórica y poca concreción. Pero algunas intenciones se adivinan.Romneyquiere un Ejército más musculoso y una actitud más intervencionista para devolverle aEEUUsu papel tradicional de gendarme planetario.

"Es responsabilidad de nuestro presidente utilizar el gran poder de América para moldear la historia, en lugar de liderar desde atrás dejando nuestro destino a merced de los acontecimientos", dijo en la Academia Militar de Virginia. En su discurso mencionó todos los agravios que repite parte de la América conservadora. Acusó al presidente BarackObamade poner bajo "gran tensión" la relación con Israel, de propiciar el resurgimiento de la violencia en Iraq con "una retirada abrupta" de las tropas, de abandonar a los sirios a su suerte o de engañar al país en su relato inicial sobre la forma y los motivos que provocaron el ataque a la embajada en Bengazi (Libia).

Esperanza como estrategia

"La esperanza no es una estrategia. No podemos apoyar a nuestros amigos y derrotar a nuestros enemigos en Oriente Próximo cuando nuestras palabras no están respaldadas por nuestras acciones", declaró. Pero su discurso dejó más preguntas que respuestas sobre la posible dirección de su política exterior. Quizás porque en su equipo de asesores hay, según el New York Times, una mezcla de corrientes que pugnan por dirigir el rumbo. Hay desde neocons dispuestos a cambiar regímenes en nombre de la democracia, a conservadores al estilo Reagan que piensan que no hay mejor disuasión que una buena carrera armamentística o realistas que entienden que el poder de EE UU para imponer su voluntad es limitado.

Promesas

Y Romney no parece tener demasiado claras todavía sus ideas. En Virginia ofreció muy pocas diferencias concretas respecto a Obama. En Siria, abogó por armar a los rebeldes. En Afganistán, se ofreció a dejar que sean los generales quienes determinen los plazos para la retirada. Y en Egipto, sugirió que trabajará para expulsar del poder a los islamistas, elegidos democráticamente. Pero poco más. Respecto a Irán prometió más de lo mismo: sanciones y un compromiso para que no desarrolle armas nucleares. Y en el conflicto palestino-israelí habló de impulsar la solución de dos estados. Y lo hizo sin ningún rubor, después de decir en su famoso video del 47%, filtrado a la prensa, que este es un conflicto "sin solución" del que es mejor olvidarse porque lo único que quieren los palestinos es destruir a Israel.

Pero ya se sabe que la palabra de Romney es tan elástica como requieran las circunstancias. "El presidente no ha firmado ni un solo acuerdo de libre comercio en los últimos cuatro años", dijo ayer. Quizás debería revisar las hemerotecas del 21 de octubre del 2011, día en que Obama firmó los acuerdos con Colombia, Panamá y Corea del Sur.