LA CARRERA HACIA LA CASA BLANCA

Romney se impone a un Obama espeso y a la defensiva

Mitt Romney y Barack Obama saludan a la audiencia a su llegada al plató del debate, el miércoles en Denver.

Mitt Romney y Barack Obama saludan a la audiencia a su llegada al plató del debate, el miércoles en Denver. / TR DG**NY**

RICARDO MIR DE FRANCIA / Denver (enviado especial)

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Es pronto para saber si aMitt Romney le bastará para cambiar la dinámica de las últimas semanas y recuperar la delantera en las encuestas, pero suvictoria en el primer debate presidencial se antoja incuestionable. El candidato republicano puso al presidente deEEUUBarack Obama, a la defensiva durante la hora y media que duró el debate, encapsulando sus ideas en frases simples y efectivas y exudando confianza. En frente se topó con unObama espeso, acartonado y visiblemente incómodoque se perdió en respuestas alambicadas y no aprovechó para atacar a su rival con la abundante munición que ofrece su pasado o algunas de sus recientes declaraciones.

Asuntos como los impuestos, el presupuesto y el déficit, la educación o la reforma sanitaria ocuparon buena parte del debate. Romney estuvoagresivo, acusando a Obama deincumplir sus promesas sobre el déficit o de engordar la deuda, pero sobre todo de poner a laclase media contra las cuerdas. "Continuar con el estatus quo no va a servir para ayudar a la gente que lo está pasando mal", dijo el exgobernador de Massachusetts que, seguramente, por primera vez desde el inicio de la campaña supo robarle a Obama el papel de guardián de la clase media. "Las familias de ingresos medios se están viendo aplastadas", dijo tras recitar una letanía desubidas de precios, desde la gasolina a la sanidad.

Obama no tuvo su día. Volvió a arrastrar esos aires de académicosomnoliento y desapasionado incapaz de concentrar una idea en un buen corte de voz, una imagen muy lejana a la delorador brillante de los discursos inspiradores. Como dijo después cáusticamente el dirigente republicano Rudolf Giuliani, exalcalde de Nueva York, fue como si buscara el teleprompter y no lo encontrase.

El pasado de Romney

Pero lo más incomprensible de todo es que Obama no atacase los puntos débiles de su rival, como sus cuentas enparaísos fiscales, su pasado en Bain Capital reestructurando empresas o sus recientescomentarios despectivos sobre la mitad del electorado estadounidense. El presidente se centró en cuestionar la aritmética de Romney para equilibrar el déficit o acusarle con menos convicción de la esperada de que sus planes conducirán a una subida de impuestos para la clase media.

Los planes del republicano siguen siendo unincógnitaen muchos aspectos y anoche siguió sin aportar detalles sobre cuál es sualternativa a reformas como la sanitaria o la financiera. Y quizás aquí, al explotar esa falta de concreción, ese vacío de programa, es donde el presidente estuvo más convincente. "En algún momento los estadounidenses van a tener que preguntarse: ¿por qué el gobernador Romney oculta sus planes, acaso es porque son demasiado buuenos? ¿O por qué van a ser muy beneficiosos para la clase media? No", dijo categóricamente.

Tanto la prensa como las encuestas coinciden en que Romney fue el ganador. Un sondeo publicado por la CNN menos de una hora después del debate dio comoclaro vencedor al candidato conservador. Un 67% de los encuestados dijo que había ganado Romney, frente al 25% que se decantó por Obama. Además, el 61% de los 430 adultos encuestados por la cadena aseguró que el presidente estadounidense lo había hechopeor de lo esperado. Otro sondeo realizado por la cadena CBS entre 523 votantes posibles reveló que el 46% consideró que Romney ganó el debate, frente a un 22% para Obama y un 34% que consideró que estuvo "muy ajustado".

En cuanto a laprensa, los calificativos se repitieron para definir cómo se había desenvuelto cada candidato: "fuerte" y "agresivo" para Romney, y "acartonado" y "a la defensiva" para Obama. Incluso los comentaristas de medios afines a los demócratas, como la cadena de televisión MSNBC, reconocieron la derrota del presidente.

Sin alma

Obama dio la impresión de no estar cómodo. Apenas miró a la cara a Romney y pasó algunas respuestas del republicano prácticamente sin levantar la mirada del papel, como si apuntara algo, como si el alma le hubiera abandonado. Cierto es que Romney lleva meses preparando este debate, al que llega tras unas primarias repletas de debates frente a un Obama que apenas le ha dedicado tres días. Pero su actuación fuedecepcionante, frente a un Romney que casi por primera vez pareció presidenciable. Ni siquiera supo defender con efectividad el papel del Estado frente al fundamentalismo de mercado exhibido por Romney ("El sector privado y la responsabilidad individual siempre funcionan mejor").

Quizás lo que le faltó a Romney es explicar al electorado porque será mejor presidente que Obama. Pero ayer no le hizo falta. "Hace cuatro años os dije que no soy un hombre perfecto y que no sería un presidente perfecto", dijo Obama para cerrar la noche. "Pero también os prometo que lucharé cada día por el pueblo estadounidense, la clase media y aquellos que luchan para sumarse a ella". Más que un grito de guerra, sonó a una llamada de auxilio.