Posdata

La pizarra de los candidatos

ENRIC HERNÀNDEZ

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Se apagan las luces, cae el telón. Los candidatos echaron ayer el cierre a una campaña asténica, alicaída, acaso porque la confrontación de ideas ha escaseado casi tanto como la incertidumbre sobre el resultado. Quizá sea un buen momento para recordar a los votantes lo que los partidos parecen haber olvidado: que las encuestas, por pertinaz que sea su tendencia, son solo estudios, meras estimaciones. Que son los electores con su papeleta, y no los sociólogos con sus calculadoras, quienes tienen la última palabra.

Visto que la cita electoral de mañana suscita menos expectación que el clásico del lunes en el Camp Nou, recurriremos a los símiles futbolísticos para trazar en la pizarra la táctica de los equipos en liza. CiU saltó al césped conjurada para defender la goleada de la ida y proteger a su estrella, Artur Mas, de lesiones como las que en el pasado le pasaron factura. Muchos rondos, pocos riesgos y a esperar el pitido final.

Joan Puigcercós, eterna promesa de la cantera de ERC que por fin debutaba en Primera, empezó el partido queriendo partirle el tobillo a Mas con los clavos de la corrupción, pero ha acabado por pedirle que le firme el balón. Alicia Sánchez-Camacho (PP), empeñada en agradar a la grada racista, se salió de la cancha con su videojuego xenófobo. Y Joan Herrera (ICV), solitario cancerbero de un tripartito huérfano de defensas, se ha pasado el partido ensayando palomitas progresistas para contentar a su fiel público.

El 'catenaccio' de Montilla

¿Y el PSC? José Montilla, sin hechuras de delantero centro, solo ha realizado dos quiebros dignos de mención: primero anunció que no repetiría otra temporada con el club tripartito y luego que, aun en caso de ganar el partido, no tardaría en colgar las botas. Cuesta entender que, con el marcador en contra, el PSC, en vez de lanzarse al ataque, haya jugado al catenaccio, como si se conformara con defender el resultado. ¡Todos atrás, que vamos perdiendo!