ICV-EUIA. JOAN HERRERA

Una carrera de fondo para ser el jefe de la oposición

Joan Herrera.

Joan Herrera.

CRISTINA BUESA

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En el debate de TV3, elpresidentArtur Mas le ungió como jefe de la oposición. A Joan Herrera le dio rabia que el candidato de CiU hiciera público (entre bambalinas, eso sí) este nombramiento, pero al fin y al cabo esta es la función que persigue el candidato ecosocialista. La desorientación de los partidos de izquierda durante esta legislatura -PSC y ERC- le ha convertido en la única voz inequívocamente crítica con el Govern. Sin titubeos. Sin abstenciones. Por eso, ICV-EUiA ha planteado una campaña para recoger los frutos de una tarea que, de acuerdo o no con sus principios, ha sido meridianamente coherente.

En estas dos semanas, dos circunstancias han ayudado a fortalecer esa imagen. En primer lugar, el debate sobre los desahucios, auténtico caballo de batalla de los ecosocialistas, por lo menos desde el 2007. Después, la huelga general. En ambas ocasiones, Herrera ha podido lucir, se ha salido con la suya en el discurso social. Tanto es así que hasta se han aprovechado imágenes de la manifestación del pasado día 14 para el segundo espot electoral de Iniciativa. No necesitaron figurantes.

Donde tampoco precisaron ayuda fue en la masiva convocatoria con el líder de Syriza, Alexis Tsipras. Lleno hasta la bandera. El candidato de Iniciativa aspiraba a que, por ósmosis, se le trasladara el éxito del dirigente griego en las urnas. El apoyo de Tsipras era la guinda de esa carrera de fondo para ser ungido jefe de la oposición. Si en el país helénico el partido radical de izquierdas pudo mejorar los resultados de los socialistas, ¿porqué no aspirar a una situación igual entre ICV-EUiA y un PSC en horas especialmente bajas?

La respuesta se conocerá hoy. Las urnas aclararán si la CUP -cuyo nombre Herrera ni ha pronunciado, tal vez con la esperanza de diluir sus efectos- les roba espacio por la izquierda. Esas mismas urnas revelarán el precio que pagan por la indecisión a la hora de tomar partido a favor o en contra de la independencia, posponiéndolo hasta el día de la consulta. Los ecosocialistas están en el grupo del derecho a decidir, pero en tiempos revueltos y con una campaña tan basada en el eje nacional está por ver si no lo pagan caro.