MIRADOR ELECTORAL

El escondite de Mas

JOAQUIM COLL

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La inmensa mayoría de los catalanes no recordamos haber vivido nunca una situación social tan dramática como la actual. Cientos de miles de ciudadanos no confían para nada en que estas elecciones sirvan para mejorar ninguno de sus acuciantes problemas. ¿Cuántos de los 800.000 parados irán a votar? Pocos. ¿Y de los pobres? Ninguno. La mayoría de la gente responde en las encuestas de forma políticamente correcta: dicen que el 25-N depositarán su voto priorizando las respuestas a los problemas socioeconómicos. Sin embargo, Catalunya está sobrexcitada e inmersa desde hace meses en un debate soberanista que, se mire por donde se mire, no nos va a ayudar a salir antes ni mejor de la crisis, sino que lo puede complicar todo mucho más. La sobrexcitación en parte se explica porque, más allá de los deseos, no hay respuestas inmediatas a nuestras tremendas desgracias económicas, y, por ello, muchos abrazan soluciones milagreras. Son estas graves circunstancias las que conducen, por ejemplo, a un 40% de los catalanes, según la última encuesta de EL PERIÓDICO, a ser partidario de la independencia, incluso si supusiera la salida de la Unión Europea, lo que a todas luces sería una locura. Es un dato revelador, ya que pone de manifiesto que una parte sustancial de la sociedad ha entrado en una fase de ebullición política disparatada.

Anteayer, en Bruselas,Artur Mastuvo que admitir que si la ruptura significase la salida de la Unión debería repensar su estrategia. Sorprende que no lo haya pensado antes, la verdad, porque hasta ahora todos los mensajes de la poderosaagitpropsoberanista eran que, siguiendo la voluntad del pueblo, salíamos y entrábamos en Europa en 24 horas. No habrá independencia fuera de la UE, pero tampoco contra España. Y no habrá referendo secesionista, en cualquiera de sus fórmulas, sin que haya habido antes una reforma constitucional en un sentido federal, a no ser que estalle por las calles de Barcelona una revolución nacionalista que haga saltar por los aires la legalidad democrática.

En estas elecciones se va a vender mucho humo. El problema deMases que no tiene asegurada la mayoría absoluta según la mayoría de las encuestas, y que, para lograrla, va a disputar el voto a ERC, con lo cual, si no logra los 68 diputados, caerá prisionero de los republicanos y de sus propias palabras. Curiosamente, el programa de CiU es tremendamente mojigato en cuanto a la independencia. Y por esoMasva a insistir tanto en esta campaña en la consulta, aunque sin aclarar la pregunta ni las condiciones. La cuestión es no hablar mucho del fondo del asunto, la secesión y sus términos, porque entonces su mensaje es confuso y contradictorio. En Europa lo ven claro, pero aquí no, porque la sobrexcitación del país lo enmascara. ¿Sabrá la oposición sacarlo de su escondite?