DERECHO A DECIR ...

Daniel Mòdol: «El futuro cercano es buscar trabajo en el extranjero»

El arquitecto Daniel Mòdol, fotografiado el pasado viernes en el centro de Barcelona.

El arquitecto Daniel Mòdol, fotografiado el pasado viernes en el centro de Barcelona.

XABIER BARRENA
BARCELONA

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-¿Cómo se encuentra, tras cuatro años de crisis, el mundo de la arquitectura y la construcción? ¿Mal o muy mal?--Hay que ser optimistas, pero en principio muy mal. En una primera lectura, por la pérdida del volumen de encargos y de puestos de trabajo. Pero también hay cosas que aún nos han hecho más daño, como el que se haya fijado en muchos, a raíz de la burbuja inmobiliaria, una imagen muy frívola del arquitecto. Nosotros que siempre hemos tenido queaguantara los promotores,sufrirloscomo un peaje, de sopetón nos hemos convertido, para muchos, en sus cómplices. Esto en lo privado. Y en lo público... Ahora parece que toda la arquitectura pública de los últimos años haya sido icónica, un lujo, cuando es falso. Aun reconociendo casos puntuales. El panorama a día de hoy es que el mercado ha desaparecido. El privado es extranjero y escaso y lo público, inexistente. El futuro cercano pasa por la internacionalización: ir a buscar el trabajo fuera.

-¿Cómo ha afectado la gestión del Govern, desde noviembre del 2010, a su ámbito?-La política siempre ha estado dominada por lo económico. Sobre todo ahora, que el Govern no tiene ningún tipo de recursos. GISA hace tres años que no saca nada a concurso. No creo que se pueda juzgar políticamente ninguna gestión. La economía se lo come todo.

-¿Y en cuanto a las leyes aprobadas?

-No sé leer el impacto que ha podido tener la ley ómnibus, que sobre el papel repercutía sobre la profesión. Señal que no lo hemos notado, seguramente porque no se mueve nada, no hay actividad. Hay cierta tendencia, eso sí, a que la iniciativa en los proyectos que antes hubieran sido públicos, sea ahora pública-privada. No sé si es algo propio de partido. Parece que como la administración no tiene dinero, no tenga tampoco ideas. Y no creo que haya de ser así.

-¿Qué habría que hacer para ayudar a su sector a salir del pozo?-Ya se están haciendo cosas. Como los viajes al extranjero en que las administraciones se ponen al servicio del sector para tender puentes comerciales. Algo que no tiene un rédito inmediato, pero sí a largo plazo.

-¿Usted también se va a internacionalizar?-Sí, estoy a punto de abrir oficina en Marruecos y también en Colombia. Y a lo mejor en Hong Kong. Los que somos unos apasionados de lo público y del urbanismo...Es que aquí no se hace nada. Ya no es algo crematístico, es deseo de aplicar aquello para lo que estas preparado.

-¿Cómo urbanista, qué opina de la lectura que ha hecho CiU del territorio. Por ejemplo, de los proyectos de Barcelona World o Eurovegas.-No he visto proyecto alguno sobre Eurovegas, por tanto no opino. Eso sí, tras trabajar hace años en el aspecto urbanístico de los parques temáticos, mi experiencia me dice que son procesos imposibles. En el fondo esconden, o escondían, el filón inmobiliario. Pensar, hoy en día, que tras Barcelona World haya lo inmobiliario es inimaginable. O sea, ni eso. Y siendo procesos tan difíciles de acometer, sorprende la propaganda que se hace. Para mí es un gran error.

-¿Eso vale tanto para Eurovegas como para Barcelona World?

-Sí. Hay quien dice que Port Aventura es rentable. Yo digo que no. No hay ningún parque temático rentable en sí mismo. Una atracción cuesta 60 millones. Son grandes conglomerados económicos. Plantearlas como que aportarán algo positivo a la economía se hace difícil de entender. Es una pena que las grandes decisiones sobre el territorio se basen otra vez sobre intervenciones de interés privado, de dudoso éxito y escasa repercusión sobre la sociedad.