CAMINO DE LAS URNAS

Catalunya y futuro

"Los comunistas como yo no somos catalanistas de izquierdas, sino de izquierdas y catalanistas"

Foto de familia 8 Candidatos y dirigentes de la CUP, en Molins de Rei.

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Eudald Carbonell

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Lasituación económica, social y política que se da en Europa, especialmente en España y concretamente en Catalunya a inicios del siglo XXI, probablemente no se había producido nunca en la historia. Es por ello que el choque entre la burguesía social catalana y la oligarquía de Madrid se está convirtiendo en casi irreversible.

Las clases medias en proceso dedepauperización se han movilizado para exigir un Estado propio que, más allá de las reivindicaciones económicas sociales y políticas, se ha convertido en clamor popular. Es en este marco que hay que entender cómo las fuerzas democráticas de la derecha catalana se han puesto al frente de estas reivindicaciones, para tener la hegemonía. Lacasa común del catalanismo ha sido la base ideológica de esta toma de posición.

Este enfrentamiento lleva a la ciudadanía catalana a decidir con quién queremos estar: si con los intereses de laoligarquía en Madrid, o bien, con los de laburguesía propia. Un dilema que no es el mejor para tomar decisiones, pero que pienso que esta vez hay que afrontar.

Agentes de transformación

Lalucha de clasesno entiende de territorios, pero, a veces estos pueden ser importantes para otrasreivindicaciones que no podemos olvidar, como el hecho de compartir una lengua, una cultura o una historia. Los agentes de transformación siempre somos los humanos y nuestros objetivos. En el caso que nos ocupa, es la clase media como sujeto revolucionario la que es aprovechada por los intereses de laburguesía territorial. Quizá porque son conscientes de que un Estado propio puede propiciar más ganancias que continuar a remolque de las oligarquías centralistas.

Es desde esta óptica que, en mi opinión, los posicionamientos deben ser claros. Laizquierda catalanista a la que pertenezco ha sido siempre federalista, ya que tenemos una visión universal del mundo. Es decir, son las clases populares, al margen de su nacionalidad, las que tienen que luchar por su liberación y, por ello, pensando críticamente, somos internacionalistas y interdependentistes. En la situación actual, por supuesto, somos partidarios del derecho a decidir, ya que el principio de autodeterminación de los pueblos es inalienable.

Los catalanes tenemos derecho a hacer unreferendo para pronunciarnos sobre si queremos un Estado propio. Esto es un ejercicio de democracia social incuestionable. Debemos tener claro si queremos continuar siendo una nación sin Estado o una nación con Estado. Yo, desde la izquierda, estoy plenamente de acuerdo, siempre que la construcción de un nuevo Estado conlleve una nueva forma de hacer sociedad y política a través de una redistribución económica más equitativa.

Nuestrocatalanismo es de izquierdas con conciencia de clase y de especie. Loscomunistas como yo no somos catalanistas de izquierdas, sino de izquierdas y catalanistas. Es por este motivo que, en esta situación crítica, doy mi apoyo a lasCandidatures d'Unitat Popular (CUP).