CIU. ARTUR MAS

Aplicar la tijera y la vía soberanista con o sin ataduras

El candidato de CiU, Artur Mas, en el mitin final de campaña.

El candidato de CiU, Artur Mas, en el mitin final de campaña.

FIDEL MASREAL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Son las dos palabras tabú en los discursos de Artur Mas: mayoría absoluta. Él no lo dice, pero otros dirigentes de su federación, empezando por Oriol Pujol, sí admiten que para que su nueva vía soberanista pueda empezar a andar necesitan superar la barrera de los 68 diputados. Ese es su objetivo, pese a que los más prudentes en CiU prefieren quedarse con el éxito que puede representar simplemente mantener o incluso mejorar la cosecha de 62 diputados lograda hace dos años, sobre todo si se tiene en cuenta que Mas lleva dos años siendo pionero en recortes sociales y las cifras de paro, pobreza y precariedad no paran de crecer. Casi ningún otro Gobierno europeo habrá conseguido, en este contexto, no solo no ser castigado, sino ser mínimamente premiado en las urnas.

Sin embargo, sin mayoría absoluta, Mas tendrá, como afirma Oriol Pujol, una mano atada a la espalda a la hora de embarcarse en la aventura del Estado propio. Atada probablemente por Oriol Junqueras, el líder de Esquerra Republicana.

Y es que CiU descarta seguir haciendo camino con el PP (veremos qué pasa entonces en la Diputación de Barcelona o en algunos ayuntamientos) y la hipótesis de darse la mano con el PSC es más que improbable.

La cuestión es: ¿Mas ha hecho la mejor campaña posible para tratar de evitar la dependencia de los republicanos? La imagen mesiánica del líder ya pronosticó un discurso monotemático. Pero no especialmente vibrante. En CiU ha preocupado el espacio creciente de ERC y Mas ha tenido que arremangarse a la hora de pedir el voto útil, pero sin concretar en ningún momento si el Estado propio que proclama es la independencia total que reclama ERC.

La otra gran incógnita de la campaña es el efecto de las acusaciones de corrupción. Toda la segunda semana de este proceso ha estado centrada en ello. Mas se tenía que defender, argumentan en CiU. Pero ha ido más allá tratando de hacer bandera de los ataques recibidos para tratar de convertirlos en un bumerán en forma de adhesión.

Pero el efecto colateral de este segundomonotemaha sido, admiten en CDC, dejar en el cajón las propuestas en materia de Estado de bienestar y reactivación económica que, afirman, estaban destinadas a protagonizar el tramo final de la carrera.

Y hablando de política social, en CiU la cuestión también es la siguiente: sin mayoría absoluta, sin el apoyo del PPC, ¿quién estará dispuesto a ayudar a Mas a seguir aplicando la tijera?